El Festival de la Guitarra ha dado este sábado la oportunidad de disfrutar de una velada memorable en el teatro de La Axerquía, donde los espectadores, que prácticamente llenaron le recinto, se han convertido en un gran coro que no ha parado de cantar cada uno de esos temas clásicos que han recordado sobre el escenario Ariel Rot y Kiko Veneno, un dúo que ha transmitido felicidad y ganas de fiesta durante toda su actuación.
Se trataba de llevar al escenario el para muchos añorado programa televisivo Un país para escucharlo después de que Rot, presentador del espacio, hiciera muy buenas migas con el músico sevillano de adopción en su primer programa, a quién le propuso esta gira, que esta noche ha recalado en Córdoba y que se ha convertido en un espectáculo único e irrepetible.
Acompañados por una banda sólida –Anabel Pérez Reyes (teclados), Diego Pozo (guitarra), José Antonio Jurado Bellido (batería) y Marcelo Fuentes (bajo)- el inclasificable dúo ha conquistado al público con un puñado de canciones que ya son historia del rock y la rumba, armando una fiesta que se ha desbordado con la entrada en el escenario del tremendo y peculiar agitador Tomasito, con el que ha llegado la improvisación con mayúsculas, ya que nunca se sabe qué va a hacer en el próximo segundo, desde saltar, cantar por bulerías o marcarse un zapateao.
Otros invitados
El artista jerezano no ha sido el único invitado de la noche sobre las tablas del teatro, ya que en cada ciudad, en cada escenario, Rot y Veneno eligen a grupos y artistas locales, en este caso Fuel Fandango, que ha interpretado un tema, a quien también se ha unido el músico Raúl Rodríguez Quiñones, hijo de la cantante Martirio.
Pero antes, el dúo ya dio una muestra de lo que sería el conciertos con grandes temas que pertenecen a la historia de cada uno de ellos como Memphis Blues, Dulce Condena o El mundo de ayer, en los que ambos se mezclaban cantando, dándoles así una nueva vida a cada canción. La emoción se ha desbordado con un Joselito arropado por un karaoke total de un público que ya se daba cuenta que estaba viviendo algo único. La sucesión de éxitos ha llegado bajo la filosofía de «una tú, una yo», intercalando los grandes himnos de ambos, saliendo así a la palestra temas icónicos de Los Rodríguez y de Tequila
Y la fiesta final se aceleró con En un Mercedes blanco, Milonga del marinero y el capitán, Baile de ilusiones y Echo de menos, para acabar con todo el público de pie cantando el Salta y el ya mítico Volando voy, con todos los invitados en el escenario disfrutando como niños junto a los anfitriones, que han demostrado que, pese a su larga trayectoria, Kiko Veneno mantiene un buen tono en la voz, Ariel Rot sigue sabiendo meter su melódica y afilada guitarra en el sitio adecuado y están más en forma que nunca para conquistar al público. Un final apoteósico para un concierto en el que el sevillano y el bonaerense sientan las bases de cómo dar un concierto vibrante, entretenido y del que el público salga con la sonrisa puesta.