El presunto parricida Martín del Río.
Como se sabe, esta semana comenzó el juicio por jurados populares que tiene como imputado a Martín del Río, el acusado de matar a sus padres José Enrique del Río, de 75 años, y su esposa, María Mercedes Alonso, de 72.
Y en el cuarto día de deliberaciones le tocó el turno de declarar al acusado, quien aseguró ser inocente y que se trata de “una causa injusta”, ya que nunca podría haber matado a sus padres porque “los quería”.
Del Río está imputado por el homicidio de sus progenitores, ocurrido en la tarde del 24 de agosto de 2022 en la ciudad de Vicente López, y ante el Tribunal Oral en lo Criminal N°7 de San Isidro y el jurado popular integrado por doce personas (seis mujeres y seis varones) declaró durante más de una hora.
El imputado por doble homicidio calificado por alevosía, por el vínculo, por el uso de arma y por ser «criminis causae» (matar para cometer otro delito, como quedarse con los bienes de las víctimas), lloró mientras declaraba y dijo que “quería” a sus padres, al tiempo que afirmó que su papá “era un confidente, un hermano y un amigo”.
No respondió preguntas porque «fue maltratado»
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Martín del Río en el banquillo de los acusados.
Sin embargo, Del Río no respondió preguntas “porque declaró tres veces y las tres veces fue maltratado; cada vez que habla, dicen que miente”, argumentó su abogada defensora, Mónica Chivirín, a la salida de lo Tribunales.
“Hoy tomó agua y el fiscal dijo ‘denle un panchito…’ Acá se vulneran todos los derechos que tiene una defensa, la Justicia debe ser para todos igual. Si se prueba que estuvo en la escena y cometió el hecho, lo pagará; pero esto no está probado”, completó la letrada.
Al mismo tiempo, Chivirín fustigó a la Fiscalía al considerar que ocultó pruebas de la investigación, por lo cual como defensa “no estamos en igualdad de condiciones”.
Del Río llegó al juicio detenido en la Unidad Penal N°48 de San Martín, del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), y para este viernes por la mañana están previstos los alegatos finales para luego producirse la sentencia; de ser hallado culpable, podría recibir prisión perpetua.
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