Tres días después de una inesperada derrota frente Werder Bremen, el Bayern Munich volvió al triunfo con un ajustado 1-0 como local en el Allianz Arena frente a Unión Berlin, en un cotejo jugado el miércoles, pendiente de la decimotercera fecha de la Bundesliga. Gracias a este triunfo, el conjunto bávaro suma 44 puntos y se acercó a cuatro del líder Bayer Leverkusen (48), que está invicto en lo que va de las 18 jornadas de la liga alemana.
Sin embargo, la victoria del Bayern sobre un rival que lucha por no descender, no estuvo en el resultado, ni tampoco en el gol del portugués Raphael Guerreiro, en el inicio del segundo tiempo, tras capturar el rebote de un tiro de Harry Kane al palo; tampoco el desgarro que sufrió el defensa central francés Dayot Upamecano, que se perderá varios partidos en el segundo de la tabla. Lo más llamativo del encuentro estuvo en un enfrentamiento entre el entrenador del Unión Berlin, el croata Nenad Bjelica, y el jugador local Leroy Sané.
El técnico de los berlineses fue expulsado por darle un manotazo en el rostro a Sané, que a su vez fue amonestado. A los 29 minutos del segundo tiempo, la pelota se fue por un costado, justo frente a los bancos de suplentes. Sané quiso apurar la acción, mientras Bjelica tomaba el balón. El DT escondió la pelota y el jugador le recriminó esa acción; el croata reaccionó con un manotazo en la cara del delantero, lo que generó un tumulto inmediato. El árbitro Frank Willenborg resolvió la controversia con la expulsión del entrenador visitante y la amonestación para Sané.
El incidente estuvo precedido por los reclamos de los jugadores de Union Berlín, que se quejaron por un presunto penal no sancionado a favor del club de la capital germana. Después de la expusión, Bjelica se fue con gesto molesto hacia la zona de plateas e incluso intercambió insultos con los hinchas de Bayern Múnich, según destacó el diario Bild. “Estaba en mi espacio y quise darle el balón. Él (Sané) me empujó. Y obviamente, yo reaccioné”, dijo el entrenador en declaraciones a Sky.
Pero luego aceptó que su reacción no era la que correspondía. “Entiendo la tarjeta roja. Sé que debo disculparme con mi equipo, no con Sané, que vino y me provocó. Pero por supuesto, no reaccioné como debe hacerlo un entrenador, no tengo más que agregar”, señaló Bjelica.
Con la victoria del miércoles, el Bayern cumplió su tendencia de esta temporada, de reaccionar con un triunfo después de una derrota. Así había sucedido después de sus tres primeras derrotas; primero, tras su caída ante Leipzig en la Supercopa de Alemania, luego frente al modesto Sarrebruck -de la 3ª división- en la Copa de Alemania, y a continuación frente a Eintracht Fráncfort, en un partido de la Bundesliga. El tropiezo contra Werder Bremen fue la cuarta derrota de la temporada para el equipo de Thomas Tuchel, que no brilló ni mucho menos frente a Union Berlin, pero sumó tres puntos con mínimos argumentos futbolísticos. En el conjunto bávaro debutó el mediocampista inglés Eric Dier.
LA NACION