Después de aprobar la séptima revisión del programa con la Argentina y desembolsar US$ 4.700 millones el miércoles, el Fondo Monetario Internacional espera que las tarifas de energía suban hasta un 200% en febrero y avance en el incremento del boleto de transporte, como parte del plan de ajuste acordado con el gobierno de Javier Milei para eliminar los subsidios y reducir el déficit fiscal.
En el informe del staff, el FMI señaló que en principio el ordenamiento fiscal se apoyará en un recorte del gasto del 3% del PBI, con «reducciones de las ineficientes subvenciones a la energía, con aumentos iniciales de las tarifas de la electricidad (más del 200 por ciento) y el gas (más del 150 por ciento) a partir de febrero, tras las audiencias públicas».
«La racionalización de las ineficientes subvenciones energéticas, que inicialmente se apoyará en un ajuste de las tarifas de la electricidad y el gas a partir de febrero, para alinearlas con los crecientes costes de generación, transporte y distribución y garantizar la reducción del 0,5% del PIB en las subvenciones energéticas», señaló el organismo en su reporte.
En esa línea, el Gobierno prepara anuncios para las próximas horas. Según fuentes oficiales, el ministro de Economía, Luis Caputo, decidió posponer para marzo la suba de tarifas de gas previstas para el 1 de febrero. Pero avanzar en las próximas horas primero en la actualización del precio mayorista de la electricidad (PEST). La idea es que el ajuste recaiga solo sobre los hogares de mayores ingresos (nivel 1).
El Entre Regulador de la Energía Eléctrica (ENRE) publicó este miércoles la Resolución 83 que aprobó el informe final de la audiencia pública, por lo cual el próximo paso es la publicación de los cuadros tarifarios.
De esa forma, según el plan que evalúan las autoridades, el sector medio (nivel 3) y de bajos ingresos (nivel 2) quedarían, por ahora, con las mismas tarifas, lo que implica que se mantendrán los subsidios para más de la mitad de los usuarios residenciales, en un contexto donde este jueves se registró un nuevo récord de consumo eléctrico y más de 40.000 quedaron sin luz, por la ola de calor.
El cambio de planes obedece a la preocupación oficial por amortiguar el impacto de las tarifas sobre la inflación, en medio de una andanada de aumentos, a los que este jueves se sumó una suba en las naftas del 6% por la actualización del impuesto a los combustibles. En ese marco, Economía decidió concentrarse en la energía eléctrica, por su mayor peso en los subsidios.
En rigor, el Fondo estima que «la inflación se acelerará a corto plazo a medida que se vayan eliminando los desajustes de los precios relativos y otros controles de precios». En ese marco, proyectó una inflación superior al 25% en enero por la corrección de las distorsiones y el abandono de los controles, después de que en diciembre alcanzara el 25,5% tras la devaluación.
En la audiencia pública por las tarifas de luz, el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, advirtió que el sistema está «al borde del colapso», y las dos distribuidoras del servicio en el AMBA, Edenor y Edesur, propusieron subas en las tarifas de distribución del orden del 90%, a la vez que reclamaron ajustes mensuales actualizados por inflación.
En el caso del gas, las distribuidoras y transportistas pidieron subas de entre 400 y 700% con ajustes mensuales por inflación.
El Gobierno busca reemplazar la segmentación de subsidios en la luz y el gas implementada por la gestión de Alberto Fernández, por una canasta energética para los sectores «vulnerables». La idea es reducir las subvenciones en forma escalonada en febrero, marzo y abril hasta eliminarlas por completo, pero faltan definiciones. «Todavía trabajamos en eso», señalaron fuentes oficiales.
Luego de una «suba inicial en febrero», el Fondo también espera que los precios del gas y electricidad alcen rápidamente el valor del costo real en abril, y aguarda la implementación del nuevo esquema de subsidios limitado a los sectores de bajos ingresos y atado al consumo básico de energía en función del tamaño y la ubicación geográfica, que entrará en vigor en abril.
El Gobierno prometió alcanzar un superávit primario del 2% del PBI en 2024, mediante una suba de impuestos del 2% y un recorte del gasto del 3%, dentro de los cuales los subsidios representaron 1,3 puntos el año pasado. De mantenerse el esquema actual, ese gasto en el rubro eléctrico sería de US$ 5.230 millones en 2024, según cálculos oficiales.
Las otras medidas para recortar el gasto, según el FMI, incluyen la suba del boleto de transporte urbano (excepto para los beneficiarios de ayudas sociales), algo en lo que tampoco se pudo avanzar. La idea era que este jueves se aplicaran subas del 250%, con tarifas mínimas de $ 270 para el servicio de colectivos y de $ 130 para el ferroviario, pero quedaron en suspenso por un amparo judicial.