Con el título “Cuatro días para enterrar una película” («4 Jours pour enterrer un film«), el guionista y director francés Thomas Bidegain sacó a la luz los avatares en torno a la producción de la película «Soudain Seuls», un film que originalmente iba a contar con la colaboración de un dúo estelar de Hollywood: los actores Jake Gyllenhaal y Vanessa Kirby.
La primera versión de la película se habría caído por una serie de comportamientos que el guionista le recriminó al histórico actor Gyllenhaal durante una entrevista brindada en Technikart.
Para Thomas Bidegain, se trataba de un proyecto importantísimo en su trayectoria profesional, por tratarse de su primera película en inglés.
El film se basa en una historia «íntima» extraída de un libro de la marinera Isabelle Autissier, que se focaliza en la dramática situación de una pareja que naufraga en una isla perdida frente a la costa de Chile. Desde entonces, los protagonistas se ven obligados a sobrevivir en condiciones de vida extremas, desde el hambre hasta las hostilidades del clima de la Antártida.
Como la primera versión del film se habría caído tras una seguidilla de desencuentros entre el guionista y sus actores principales, finalmente decidieron reemplazar a las estrellas de Hollywood por los talentosos actores Gilles Lellouche y Mélanie Thierry.
Como Bidegain sentía admiración por el actor consagrado Jake Gyllenhaal, le acercó una copia del guion que tenía en marcha. Finalmente, la estrella se comunicó por teléfono y le transmitió que le parecía «maravilloso» formar parte del proyecto.
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Sin embargo, a pesar de esta primera aproximación favorable, la ilusión de rodar junto al elenco soñado no duró más de cuatro días, según el relato de Thomas Bidegain en el medio citado.
Los encuentros preliminares para comenzar a darle forma al film se desarrollaron vía zoom, pero en 2021 -ocho semanas antes del rodaje- Bidegain se reunió con los actores en Islandia y todo comenzó a desvirtuarse, hasta ocasionarle incluso pérdidas millonarias a la productora.
Con posterioridad, en otra entrevista publicada en Variety, Bidegain desmintió la supuesta pérdida de 26 millones de dólares e intentó matizar sus críticas al actor.
Allí, el guionista advirtió que el proyecto no fracasó por culpa de Gyllenhaal, sino porque ambos tenían una visión creativa distinta que no fueron capaces de amalgamar durante el rodaje del film.
Sea como fuere, las declaraciones del guionista en Technikart fueron contundentes ya que acusó al actor de una seguidilla de comportamientos inadecuados que significaron el colapso de aquella primera versión de «Soudain Seuls».
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«Tenía dos estrellas anglosajonas y un enorme presupuesto de 26 millones de dólares. Y todo explotó…”, se lamentó Thomas Bidegain al recapitular los momentos junto a Gyllenhaal.
Cuando comenzaron las conversaciones por zoom, el actor comenzó a intervenir en el guion -que estaba finalizado desde 2020-, convirtiéndose prácticamente en coproductor del film.
Una vez que definieron el escenario para comenzar a filmar en Islandia, el destacado actor tuvo uno de sus primeros caprichos: por miedo al coronavirus, descartó viajar al lugar en avión como el resto y pidió un coche, con una observación llamativa: el vehículo no debía ser ni blanco ni rojo.
Un actor que cuestionaba el guion una y otra vez
Según las declaraciones de Bidegain, el actor no estaba a gusto con el guion ni con la locación elegida para la película y no terminaba de compenetrarse en el proyecto.
Incluso amenazó con abandonar el rodaje y al cabo de la jornada le envió un mensaje contradictorio al director aclarándole afectuosamente que «lo adoraba».
Las idas y venidas de Gyllenhaal comenzaron a incomodar a Bidegain.
Al día siguiente, el actor propuso reescribir el proyecto con un cambio en el tema principal: en lugar del amor entre los seres humanos, la historia tenía que explayarse acerca del amor a la naturaleza.
Por su lado, Kirby también quiso entrometerse en el guion y adaptarlo a sus propios requisitos: el personaje representado por Gyllenhaal según la actriz debía morir en el desenlace y la película debía transmitir un contenido «más feminista».
Con posterioridad, cuando el guionista le prepuso a todos los actores recorrer los majestuosos paisajes islandeses, Gyllenhaal tuvo la ocurrencia de arrojarse repentinamente a nadar en el agua helada.
Cuando todo parecía reencauzarse y Gyllenhaal volvió a los ensayos con renovado entusiasmo, Bidegain suspiró.
Pero todo era un espejismo: esa misma noche el actor volvió a cuestionar el guion y una vez más hizo gala de sus pedidos excéntricos: por miedo al contagio del Covid-19, pidió que unos albañiles que llegarían al otro día durmieran en sus respectivos coches. También amenazó otra vez con abandonar el proyecto y Bidegain, que había perdido la paciencia, lo incentivó a apartarse definitivamente del film.
De acuerdo con el relato del guionista, la actriz Kirby ofreció posteriormente comprarle el guion a Bidegain para poder rodarlo junto a su colega Gyllenhaal, pero Alain Attal, el productor del film, expresó su negativa enfáticamente. “Que se jodan, lo vas a reescribir en francés y lo vamos a rodar con grandes actores franceses”, afirmó.
En Variety, Thomas Bidegain procuró bajarle el tono a las acusaciones formuladas contra el actor y dijo que simplemente no compartían la misma visión en el terreno creativo: “Cada uno tenía una idea de cuál era el mensaje del film”.
A su vez, negó que la productora haya perdido 26 millones de dólares tras el fracaso de la primera versión del film.
Sin embargo, no desmintió las anécdotas excéntricas atribuidas a Jake Gyllenhaal durante el rodaje.
CA/ED