El Presidente y Bullrich hicieron trascender su interés en una posible coalición o un interbloque en el Congreso. En el partido amarillo no hay consenso total y algunos miembros no acompañarían. Esperan que haya una negociación con Mauricio Macri.
Tuvieron que pasar dos meses de gestión y un fuerte fracaso parlamentario para que en la política argentina se vuelva a discutir algo que se debatió con fuerza incluso antes que Javier Milei ganara el balotaje en noviembre. El Presidente hizo trascender su intención de avanzar en un Gobierno con el PRO, que ya está parcialmente integrado por el lado de Patricia Bullrich, y que vuelve a debatirse internamente entre el entusiasmo, la desconfianza y la cautela.
Desde los distintos sectores internos del PRO surgen advertencias y condiciones: debe existir un acuerdo claro con Mauricio Macri, en cualquier caso no todo el partido acompañará, y el Ejecutivo tendría que hacer una “limpieza”, que ya parecería haber comenzado con la salida de al titular de la Anses, Osvaldo Giordano, y la secretaria de Minería, Flavia Royón, que responden al peronismo cordobés y al salteño, en la mira del Gobierno nacional tras la caída de la Ley Ómnibus en Diputados.
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“Se viene un nuevo rediseño político”, dijo Bullrich en las últimas horas, luego de la derrota que sufrió el Gobierno en Diputados y dio a entender, aunque con cuidado, que se discutía la posibilidad de avanzar en una coalición entre La Libertad Avanza y el PRO. Horas más tarde, en viaje a Roma, Milei hizo trascender su interés por una fusión entre ambas fuerzas y el armado de un interbloque en el Congreso, donde el espacio libertario está en clara minoría, como quedó demostrado.
Según trasmiten en el espacio amarillo, el escenario está todavía “demasiado verde”. Tanto en el sector más macrista, como en el ala bullrichista y en el más “dialoguista” advierten que el primer paso es “ordenar el partido”, que elegirá a sus autoridades el 17 de marzo, y Macri se encamina a presidirlo. Esto tampoco significa que no pueda haber algún tipo de acuerdo antes.
En el PRO entienden que la apuesta de Milei es reconfigurar un mapa político, con dos espacios nítidos contrapuestos: “Los sistemas se reconfiguran por espejos. El kirchnerismo logró eso: JxC nació, no como unidad ideológica -nos tenías a nosotros y a la Coalición Cívica-, sino bajo la idea del republicanismo. Bueno, Milei pone del otro lado a la ‘casta’, al atraso, etc. Pero podría forzar un mapa partido entre una centro-izquierda fuerte y una centro-derecha fuerte, pero debería afinar el concepto de casta, porque nos viene puteando a los que ayudamos y sumó a Daniel Scioli al gobierno”, analiza un importante dirigente macrista.
En partido recordaban en las últimas horas que el bloque amarillo en Diputados “se comportó con la Ley Ómnibus mejor que los libertarios”, algo que es técnicamente cierto, considerando que el PRO votó unido a favor en general y en particular y, por ejemplo, Carolina Píparo -que fue nada menos que candidata a gobernadora bonaerense de Milei- rechazó algún inciso. Pero además los diputados amarillos -incluso las “palomas”- trabajaron y defendieron fuertemente la versión final del proyecto.
Ahora, de igual modo, diputados del bloque amarillo advirtieron que -aunque en los últimos días la posibilidad de avanzar eventualmente en la conformación de un interbloque con LLA se habló de manera informal-, no es bien visto por todos los miembros. En el Senado, de hecho, sería todavía más difícil.
“Una cosa es tener más funcionarios en el gobierno y otra cosa es hacer una coalición o un interbloque. Muchos no estamos dispuestos a ser parte del Gobierno. Si se trata de forzar por ese lado, no creo que haya buen resultado ni que se sostenga la unidad”, avisaba un diputado del ala dialoguista, que, sin embargo, defendió y votó a favor del paquete de reformas del gobierno.
“Estamos en proceso de internas que sabiamente pateamos hasta marzo. Está claro que va a quedar gente en el camino si se avanza en la idea de un interbloque o una coalición. La duda es cuántos”, reconocía un legislador macrista, que descontaba que, en un escenario así, figuras como el exjefe de Gobierno y candidato presidencial Horacio Rodríguez Larreta armarían su propio partido por fuera del PRO.
“Primero ordenar el partido, luego ir trabajando en un camino de confluencia con LLA y llegar en un frente común en el 2025. A qué velocidad, con qué profundidad, habrá que ver como evoluciona y cómo se puede. Lo que no nos puede pasar es lo que le pasa los radicales en el Congreso, que es una pérdida total de identidad”, agrega un diputado bullrichista.
Advertencias
La posibilidad de un “acuerdo de gobierno”, o “cogobierno” o “coalición de gobierno” entre La Libertad Avanza y el PRO se viene discutiendo desde que Milei ganó el balotaje, e incluso antes, cuando el libertario dejó fuera de la segunda vuelta a Juntos por el Cambio, que llevaba como candidata a presidenta a Bullrich. En el medio, parafraseando a Macri, “pasaron cosas”.
Pese a que son varios los dirigentes del PRO, vinculados al expresidente y a la actual ministra de Seguridad, que integran el Ejecutivo en segundas líneas, nunca llegó a cuajar el plan de Macri de que el PRO integrara formalmente el Gobierno. El mayor quiebre se produjo cuando parecía todo acordado para que Cristian Ritondo fuera el presidente de la Cámara de Diputados y finalmente Milei eligió al riojano Martín Menem.
“Esta novedad de una coalición surge 100% de Milei o del Gobierno. Mauricio habla con él varias veces por semana. El Presidente le agradece, y después va y hace todo lo contrario o lo que le dicen Nicolás Posse o Guillermo Francos. El que frenó cualquier acuerdo de gobierno fue Posse bajo amenaza de renuncia, y Francos fue el que operó para que Cristian no fuera presidente de Diputados”, denuncia un hombre del PRO muy cercano al expresidente.
“Cuando lo respaldamos para el balotaje, la intención siempre fue: ganemos o perdamos, hay que generar un espacio de centro-derecha liberal definitivo. La voluntad de construir algo tiene que surgir claramente de Milei. Tampoco nos queremos comer la curva. La prioridad es ordenar el PRO, construir una alternativa para el 2025, nos vamos a subir a un barco al que no nos invitaron. Pero si la voluntad está, entonces el Gobierno se tiene que ordenar”, advierte el mismo referente y señala que, con Patricia ya dentro del Ejecutivo, con quien debería negociar el Presidente es con Macri, que seguiría en Villa La Angostura hasta el 20 de febrero.
Cuando dirigentes del PRO hablan de que el Gobierno debe ordenarse. Se refieren, por un lado, a decenas de puestos vacantes dentro del propio Ejecutivo, pero también a espacios de poder, muy importantes en caja o para el peso territorial. Esos lugares hoy están en manos del peronismo, sea del PJ cordobés -aunque ya empezaron a ser eyectados por el papel de su fuerza política en el fracaso de la Ley Ómnibus en Diputados-, o de funcionarios que no abandonaron sus cargos con el cambio de gestión el 10 de diciembre. “Son dependencias de la AFIP, la ANSES, el PAMI, la Aduana, subsecretarías, en manos de kirchnerismo”, resume uno.
“Lo único que cambió desde diciembre es que perdieron una ley en el Congreso y que se dieron cuenta de que nosotros sí trabajamos bien. Pero en el PRO tenemos menos incentivos que en diciembre. En este contexto, a más tiempo, menos voluntad. El partido no gana nada en hacer una coalición parlamentaria con el oficialismo, ganaría si tiene ministros, la presidencia de la Cámara… un acuerdo ‘macro’ que incluya poder de gobierno”, concluye otro diputado del PRO.