El mandatario estuvo en la Basílica de San Pedro para presenciar la canonización de María Antonia Paz y Figueroa, más conocida como Mama Antula.
Este domingo se produjo el primer encuentro entre el presidente argentino, Javier Milei, y el papa Francisco. Ocurrió en la Basílica de San Pedro durante la canonización de María Antonia Paz y Figueroa, más conocida como Mama Antula, la primera santa argentina.
El mandatario llegó temprano y saludó al pontífice en la sacristía de la basílica vaticana en su rol de jefe de la delegación argentina. Tras ello, presenció la misa que tuvo comienzo a las 9:23, hora local (05:23 en Argentina).
Leé también: Con la presencia de Milei, el papa Francisco proclamó Santa a Mama Antula
“Es un momento muy importante para la historia argentina”, dijo Milei a la prensa dentro de la Basílica. Durante la ceremonia, estuvo acompañado por su hermana y la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei; la canciller Diana Mondino; el ministro del Interior, Guillermo Francos; y por la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, entre otras autoridades.
En la misa, al jefe de estado se lo vio conmovido y atento al gran momento histórico para la religión católica argentina. Tras el primer encuentro de esta mañana, el lunes el Papa lo recibirá en una audiencia privada desde las 9 horas de Roma en la Biblioteca privada del pontífice del Palacio Apostólico.
El primer encuentro entre Javier Milei y el papa Francisco
El presidente se encontró con el Santo Padre cuando finalizó la ceremonia de santificación de Mama Antula y se fundieron en un abrazo que quedó registrado por la transmisión oficial.
Quién fue Mama Antula, la primera santa de la Argentina
María Antonia de San José, más conocida como Mama Antula, nació en 1730 en Villa Silípica, en Santiago del Estero. Proveniente de una destacada familia, inició su vida religiosa después de evitar su matrimonio arreglado a los 15 años. En 1760, reunió a un grupo de mujeres jóvenes y se dedicó a ejercer la caridad.
En 1774, fundó la Casa de Ejercicios Espirituales de Buenos Aires, donde se dedicó a la evangelización y a la formación de mujeres jóvenes. Mama Antula se destacó por su compromiso con los desposeídos y olvidados de la sociedad, desafiando las restricciones sociales de la época. Falleció en Buenos Aires en 1799 y sus restos descansan en la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced de Buenos Aires.