Los nuevos cuadros tarifarios de luz vendrán con aumentos promedio de hasta el 300% en el área metropolitana (AMBA) y boletas que eran de $ 7.500 llegarían hasta los $ 30.000 por mes, una suba muy superior a lo previsto. Esto se debe al impacto que tendrá sobre las boletas la reformulación que hubo en las categorías y el costo de distribución que 5,8 millones de usuarios deben pagar a Edesur y Edenor.
La secretaría de Energía estimó la semana pasada que los ajustes serían de entre el 65% y el 150%, dependiendo la categoría y el nivel de ingresos que hoy se divide en tres (N1, altos; N2, bajos; y N3, medios). Pero fuentes oficiales confirmaron en las últimas horas que los incrementos pueden llegar a duplicar esos porcentajes «en algunas categorías».
El Gobierno publicó el viernes pasado los cuadros tarifarios de Edenor y Edesur, y este lunes hizo lo propio con el de las transportadoras de energía eléctrica de todo el país. Una de las principales novedades es la reducción de las categorías residenciales (R) de 9 a 4, una decisión que acható las escalas que definen tarifas más altas en función del nivel de consumo.
Hasta el jueves pasado, el primer escalón (R1) era el que consumía hasta 150 kwh por mes y el último, aquel que tenía un consumo mayor a los 1.400 kwh por mes. Ahora, R2 y 3 se juntan y pasan a ser R2 (entre 151 y 400 kwh por mes), R4, 5 y 6 se agrupan y pasan a ser R3 (entre 401 y 600 kwh por mes) y R6, 7 y 8 pasan a ser R4 (más de 600 kwh por mes).
Así, un ex R7, que ocupaba un lugar intermedio en la tabla, ahora se pasó al tope como R4. «Estas medidas se implementan de manera gradual, de forma que los Usuarios Residenciales categorizados como N2 y N3 sean afectados en menor medida, pendientes de una audiencia para la reasignación de subsidios que se llevará a cabo este mes», dijo Energía la semana pasada.
El impacto en las boletas, sin embargo, podría ser mayor para los sectores de menor poder adquisitivo. Según la consultora Economía y Energía, por la variación del valor del costo fijo y variable considerando un consumo tipo, un R4 (ex R7) de altos ingresos tendría un aumento en la factura del 239% en promedio; el de ingresos medios, 261%; y el de bajos ingresos, 300%.
«Al agrupar, hay un impacto disparar entre los distintos niveles de consumo», señaló Patricia Charvay, economista de Economía y Energía, la consultora que dirige Nicolás Arceo, exfuncionario bajo la gestión de Axel Kicillof en el Ministerio de Economía. «Al consolidar categorías de R, el impacto sobre las facturas se amplifica», señaló otro especialista del sector energético.
Con el aumento de tarifas eléctricas AMBA, el gobierno redujo las categorías residenciales (R) de 9 a 4. Un usuario q era R7 (consumo entre 600 y 700 kWh) ahora es R4, y solo de cargo fijo pasa a pagar de $5.789 a $30.054 x mes, más allá de si es de ingresos altos, medios o bajos pic.twitter.com/EK8KVo84rV
— Nicolas Gadano (@ngadano) February 19, 2024
En el Gobierno sostienen que en porcentajes relativos (la comparación de los actuales valores con los que regían hasta ahora) «no puede indicarse un único incremento generalizado porque, hasta ahora había distintas categorías de usuarios que pagaban precios diferentes por la energía y potencia que las distribuidoras adquirían en el Mercado Eléctrico Mayorista».
El «rebalanceo» al interior de las categorías llamó la atención entre los especialistas en energía, quienes explican que hay mucha «variabilidad» en el impacto final de los aumentos entre los distintos segmentos de consumo. «En nivel 2 (ingresos bajos), el aumento más bajo que nos está dando es del 90% para un exR3, y el más alto para un R7 (ahora R4) del 300%», señaló Charvay.
Con estos cambios, el Gobierno busca que los usuarios finales paguen el costo del suministro y reducir los subsidios a la energía. Por el fogonazo inflacionario y el ajuste fiscal en marcha, esa partida cayó en enero un 64% interanual en términos reales. El ministro de Economía, Luis Caputo, se comprometió ante el FMI a reducir los subsidios energéticos en 0,5% del PBI en 2024 ( del 1,6 al 1,1%).
Los incrementos oficializados la semana pasada reflejan solo un componente de la tarifa, que es el de distribución, ya que el precio de la energía (mayorista) todavía no aumentó. Así todo, supera los cálculos del propio Fondo, que esperaba «aumentos iniciales de las tarifas de la electricidad (más del 200 por ciento) y el gas (más del 150 por ciento) a partir de febrero, tras las audiencias públicas».