Milei está decidido a lograr el apoyo a sus reformas en un contexto de minoría en el Congreso. Fuentes de la Casa Rosada aseguran que el Presidente está atento al Índice de Libertad Económica que realiza una fundación: si la Argentina mejora podría atraer inversiones.
El asesor presidencial Santiago Caputo deambuló con un libro bajo el brazo por los pasillos de la Casa Rosada desde el martes. Se trata de “Never Split de difference (Nunca dividas la diferencia)” de Christopher Voss, un exagente del FBI que se encargó de las negociaciones de rehénes de alto nivel por más de veinte años.
Un cercano al “ministro del pensamiento” le dijo a TN que se lo dio otro integrante de Gobierno. El libro habla del concepto de negociar con empatía y como si varias vidas dependieran del proceso. “Si Voss usaba lógica de ir por el 100% para quedarse con el 50%, se le morían la mitad de los rehénes”, manifestó.
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A esa altura de la semana, la cúpula del Ejecutivo ya arrancaba a darle forma a la idea de nivelar las asperezas con los gobernadores y legisladores aliados, especialmente tras el caso del mandatario de Chubut, Ignacio Torres, por los cruces por la retención de coparticipación.
Es por eso que el Gobierno desplegó un esquema de negociaciones a través del ministro del Interior, Guillermo Francos, con la lógica del libro de Caputo. Hubo varias reuniones con los gobernadores en las que se escucharon sus pedidos y se buscó fijar un norte.
Sin los detalles de negociación claros, el Ejecutivo planificó la instalación de los términos de un acuerdo conjunto que se sellaría el 25 de mayo en la provincia de Córdoba. Aplicó la estrategia del “espejismo” que plantea Voss sobre usar el languaje de la otra parte y buscar una cooperación conjunta.
A eso apunta el reconocimiento que hizo Milei ante el Congreso sobre su debilidad legislativa y su apertura hacia los mandatarios en torno a los 10 puntos a firmar para avanzar con las reformas de apertura económica, desregulación y reducción del gasto fiscal.
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La cúpula del Gobierno busca llegar a un acuerdo en sus condiciones y planea profundizar la presión social sobre los que se opongan o busquen renegociar detalles de la Ley Ómnibus. Por eso es que sostienen la lógica de que “si los gobernadores quieren un pacto fiscal, tienen que aprobar la ley”.
La idea que recorre los pasillos de la Casa Rosada es que Milei apunta a una mayor polarización y puesta en escena respecto a quiénes están a favor y en contra de sus propuestas. Esto aplica también a la intención de fusionar a La Libertad Avanza con el PRO para aumentar la grieta entre lo que consideran “izquierda y derecha” de frente a las elecciones legislativas de 2025.
La idea y el poroteo final de los gobernadores la trabajaron Caputo, el ministro de Interior, Guillermo Francos, su vice, Lisandro Catalán, y el nuevo funcionario de secretaría general de la Presidencia, Lule Menem, en la Casa Rosada.
En una de las últimas visitas al despacho de Interior, el asesor presidencial salió con un sobre grande con hojas de un grosor similar al del proyecto de la Ley Ómnibus. Un integrante de la cúpula de Gobierno le dijo a TN que “el plan es muy ambicioso” y que esperan la reacción de la política.
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Otra de las razones de la oferta de Milei sobre fijar un norte de unidad nacional es para darle un marco legal de garantías a los inversores, fondos y bancos. Según pudo saber TN, el Presidente está atento al Índice de Libertad Económica que realiza la fundación Heritage anualmente y hace cálculos sobre cuántos lugares subiría la Argentina en caso de implementar sus reformas. Para el número que se le asigna a cada país, se tienen en cuenta el tamaño del Estado, la apertura del mercado, las regulaciones y el Estado de derecho.
“Milei mira y está pendiente de cuántos puestos podría ascender Argentina en el ranking de libertad si le aprueban la ley Bases. Sabe que tiene un Congreso en contra, pero quiere dar señales de estabilidad y de acuerdo nacional”, expresó a este medio un funcionario.