Moscú, 6 nov (EFE).- El presidente ruso, Vladímir Putin, participó hoy por videoconferencia en la botadura en los astilleros de San Petersburgo del ‘Chukotka’, uno de los rompehielos atómicos más grandes del mundo.
«La construcción de buques tan potentes y modernos es un testimonio más del potencial industrial, científico, de personal y tecnológico de Rusia», dijo Putin durante una ceremonia transmitida en directo por la televisión.
Añadió que «justo así es como debería desarrollarse toda la economía nacional, sobre la base de tecnologías propias y soluciones científicas innovadoras».
Como es tradición, después de la intervención de varios altos funcionarios, incluido el jefe de la corporación nuclear rusa, Rosatom, el rompehielos fue botado, no antes de que una botella de champán se rompiera al golpear su quilla.
El ‘Chukotka’ es el quinto rompehielos atómico del proyecto 22220 construido en los astilleros Baltiisk, buques considerados los más grandes y potentes del mundo, y que son cruciales para el tránsito a través de las aguas del ártico, ruta alternativa al Canal de Suez.
Putin destacó que a día de hoy se están construyendo otros dos rompehielos de esa clase -el ‘Yakutia’ y el ‘Leningrad’-y el próximo año comenzará construirse el ‘Stalingrad’.
«Rusia tiene la mayor flota de rompehielos del mundo. Es lógico, Rusia es un país norteño. Tenemos 34 rompehielos diésel y siete atómicos», dijo.
Al respecto, Putin pronosticó que el trasiego de mercancías por la Ruta Marítima del Norte en 2030 alcanzará las 100 millones de toneladas, cuando este año rondará los 38 millones.
«Estos son grandes planes y su implementación contribuirá notablemente al desarrollo de la infraestructura de transporte en Rusia y hará que la Ruta Marítima del Norte sea muy atractiva para las compañías mercantes rusas y nuestros socios en el extranjero. Estoy convencido de que la ruta crecerá año tras año», apuntó.
Putin lleva más de una década promoviendo esta ruta como el futuro del transporte entre Europa y Asia, aunque el Kremlin no espera que funcione como un corredor internacional de pleno derecho hasta 2035.
Un barco tiene que recorrer 10.600 kilómetros para llegar por el norte desde el puerto ruso de Murmansk al chino de Shanghái, mientras que, si opta por cruzar Suez, necesitará navegar 17.700 kilómetros.
Además, la travesía por Suez lleva 35 días de media, mientras la arteria promovida por Rusia supone un ahorro de 10-12 días en barco, es decir, es un tercio más corta, según sus promotores.