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El monumento a la coima y la torre gemela jamás construida. Secretos y leyendas del MOP, el edificio que el gobierno evalúa demoler

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Solo cuatro construcciones permanecieron de pie cuando el gobierno nacional arrasó con 33 manzanas porteñas para permitir la traza de la “Avenida Norte-Sur”: el Obelisco (recién inaugurado), el Palacio Ortiz-Basualdo (que a partir de 1939 se convirtió en la Embajada de Francia), el Palacio Álzaga Unzué (donde hoy funciona el Hotel Four Seasons) y el Ministerio de Obras Públicas. Nada más. Las demoliciones no distinguieron entre casas, mansiones y edificios icónicos como el Hipoddrome, el primer Luna Park o el primitivo Teatro del Pueblo. También voló la parroquia San Nicolás de Bari (en lo que hoy sería la esquina de Carlos Pellegrini y Corrientes) que tenía una connotación histórica especial ya que allí se había izado por primera vez la bandera nacional dentro de la ciudad de Buenos Aires.

El MOP hoy reúne al Ministerio de Desarrollo Social y al Ministerio de SaludVictoria Gesualdi/AFV – LA NACION

El edificio fue concebido como Ministerio de Obras Públicas y así se lo reconoce aún hoy. No tiene otro nombre, pese a que albergó otras dependencias del Estado y hoy es sede del Ministerio de Capital Humano. Para evitar confusiones, todos en gestión pública lo llaman por sus iniciales, que están grabadas en el frente: “Edificio MOP”.

Ministerio de Desarrollo SocialVictoria Gesualdi/AFV – LA NACION

Desde principios de siglo XX, el Ministerio de Obras públicas perseguía la ilusión de construir un edificio que reuniese todas sus oficinas, dispersas en diez edificios distintos. Pidió autorización para comprar dos terrenos: uno en Catalinas Norte, donde había depósitos portuarios, y otro en la esquina de Belgrano e Ingeniero Huergo. Pero nunca obtuvo el visto bueno -ni los fondos- de Presidencia. En 1932, el arquitecto José Hortal sugirió al ministro Manuel Alvarado el emplazamiento actual, en el pasaje Aromo, frente a la entonces Plaza Belgrano. El proyecto de la “Avenida Norte-Sur” estaba muy avanzado, pero en su trazado original jamás llegaría hasta allí. Por el contrario, los impulsores de esta idea creyeron que traería movimiento a la zona. Su propuesta fue aprobada por el Congreso Nacional y el “Edificio Ministerio de Obras Públicas” se convirtió en el primer rascacielos porteño financiado por el Estado.

Un dibujo del MOP y su edificio gemelo, en el extremo sur de la avenida 9 de julio. Fuente: CeDIAP

Era la década del 30. Buenos Aires vivía una fiebre constructora. La revolución del hormigón promovía la construcción de edificios cada vez más altos. Las obras del Edificio MOP, diseñado por el arquitecto Alberto Belgrano Blanco, comenzaron el jueves 15 de noviembre de 1934. La constructora Scarpinelli recibió un plan de trabajo muy exigente: le dieron 14 meses para alcanzar el décimo piso y un año más para terminar el edificio. Los obreros aceptaron el desafío y cumplieron con todos los plazos. Además, marcaron un récord para la época: en apenas 138 días hábiles terminaron la estructura de hormigón. Finalmente, el Ministerio de Obras Públicas, de 27 plantas (compuestas por segundo y primer sótanos, planta baja, 22 pisos altos, azotea y terraza de observación) y 93 metros de altura, fue inaugurado en septiembre de 1936 (siete meses después que el edificio Kavanagh, presentado como “el más alto de Sudamérica”, con 120 metros de altura y aire acondicionado).

La Compañía Argentina de Cemento Portland mostraba con orgullo su participación en la construcción del MOP

Al mismo tiempo que la construcción del Ministerio de Obras Públicas avanzaba, el intendente Mariano de Vedia y Mitre resolvió que la “Avenida Norte-Sur”, que había sido proyectada de 33 metros de ancho e iba a concentrar edificios públicos o privados “de estilo caracterizado y arquitectura especial”, al estilo de la Avenida de Mayo, pasaría a ser una “avenida parque” de 140 metros de ancho (propuesta del ingeniero Carlos María Della Paolera). Esta decisión multiplicó las demoliciones: barrieron todas las edificaciones entre las calles Lima y Carlos Pellegrini.

El MOP, a la derecha, y su edificio gemelo (jamás construido) a la izquierda. Juntos, conformarían una puerta de entrada a la ciudad desde el sur, dijeron sus promotores
Las demoliciones ya se habían hecho en la previa de la inauguración del primer tramo de la avenida 9 de Julio; el Obelisco, siempre presente, y sobre la izquierda, en lo alto, se vislumbra el chalet DíazAGN / José Dïaz Diez – Fotos.Antiguas.BA

La primera etapa, que se inauguró en 1937 con el nombre definitivo de “9 de Julio”, solo se extendía por cinco cuadras: desde Tucumán hasta Bartolomé Mitre. Pese a su corta distancia, en el corte de cinta fue presentada como “la avenida más ancha del mundo”. Además, incluía un detalle de vanguardia para la época: enormes cocheras subterráneas.

La 9 de Julio se inauguró con apenas cinco cuadras, que iban de Tucumán, al norte, hasta Bartolomé Mitre, al sur José Díaz Diez – Fotos.antiguas.ba

Recién en 1947, después de un nuevo período de demoliciones, la “Avenida 9 de julio” rodeó el Ministerio de Obras Públicas. Como respuesta urbana, los creadores del MOP propusieron construir un edificio gemelo, enfrentado, que equilibrara la visión. Los dos juntos darían el aspecto de una “puerta de entrada” a la ciudad desde el sur. El proyecto -que hubiese resultado un embudo o un reloj de arena para el tránsito- nunca se concretó.

Hay una leyenda urbana que rodea al MOP. Tiene que ver con dos esculturas que rodean el rascacielos. Antes de entregar el edificio, el arquitecto Hortal colocó en los vértices de la fachada principal dos esculturas de gran tamaño y estilo art déco que no estaban previstas en el proyecto original, al menos no con el formato que finalmente tuvieron. Las encargó al escultor Troiano Troiani.

Cabezas y brazos de las esculturas de Troiani. Una vez dispuestas en el segundo piso, formaron «el monumento a la coima». Imagen: CeDIAP

Una de las esculturas lleva en sus dos manos un pequeño cofre, mientras que la otra extiende la palma de su mano hacia atrás, con su brazo pegado al cuerpo, y mantiene una mirada distraída. El gesto, como se aprecia en las imágenes que acompañan este reportaje, es inconfundible. ¿Qué mensaje encierran?

El monumento a la coima, una leyenda urbana de más de 70 añosGuadalupe Aizaga – LA NACION

La leyenda urbana sostiene que Hortal, luego de soportar intentos de sobornos y pagos de coimas para acelerar o demorar la construcción, quiso reflejar de algún modo la presión que sufrió en carne propia y puso en marcha la pieza de arte que tenía en mente.

No hay otra versión más creíble. En realidad, no hay otra versión.

Una postal de la 9 de Julio en 1947, cuando llegaba hasta Belgrano; la avenida concluía tras el edificio del Ministerio de Obras PúblicasJosé Díaz Diez – fotos.antiguas.
En las fachadas norte y sur, el MOP presenta dos retratos de Eva Duarte de Perón hechas en acero.Victoria Gesualdi/AFV – LA NACION
El proyecto de ley de Roberto García Moritán (Foto: Twitter @Robergmoritan)
El afiche gigante de Cristina Kirchner en el ministerioTwitter

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