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A un año del ataque al ‘Galaxy Leader’, los hutíes persisten y el canal de Suez se hunde

El Cairo, 19 nov (EFE).- Al cumplirse este martes un año del secuestro por parte de los hutíes del Yemen del carguero ‘Galaxy Leader’ en el mar Rojo, el tráfico marítimo en la zona sigue bajo los persistentes ataques del grupo rebelde, mientras que el estratégico canal de Suez ha visto cómo su volumen de tránsito se ha desplomado un 71,1 %.

Al ataque del barco y su tripulación, aún secuestrada en el Yemen, le han seguido más de 200 acciones contra buques comerciales y barcos de guerra, pese a la oleada de condenas mundiales y el despliegue de misiones militares y bombardeos sobre territorio yemení para contrarrestar al movimiento insurgente.

Más allá de su efecto en Oriente Medio, los ataques han causado un especial daño económico al comercio global, con el incremento de los fletes y el cambio de rutas de navegación hacia otras más largas y costosas, además del daño directo al estratégico canal de Suez, cuyos ingresos se han hundido a expensas de Egipto.

El asalto hutí al barco llegó después de semanas de lanzamientos de misiles y drones hacia Israel en apoyo a los palestinos en la Franja de Gaza, ataques que fueron interceptados o no alcanzaron sus objetivos, por lo que éstos cambiaron de estrategia, y optaron por interrumpir el comercio mundial marítimo y evitar la llegada de barcos a Israel.

Los insurgentes, curtidos tras una década de conflicto contra una coalición militar liderada por Riad, siguen lanzando ataques contra territorio israelí, pese a la falta de precisión de su armamento, las capacidades de interceptación de Israel y sus aliados, así como los constantes bombardeos de Estados Unidos y el Reino Unido en su contra.

Al revés que sus aliados Hamás y Hizbulá, los hutíes no han sufrido grandes pérdidas en su liderazgo ni militancia, y han advertido que no se detendrán hasta que cesen los ataques en Gaza y en el Líbano.

La mayor víctima económica de esta crisis ha sido el canal de Suez, cuyo volumen de tránsito se ha reducido en un 71,1 % en el año transcurrido desde el asalto al barco, según los últimos datos de Port Watch, una herramienta de análisis de disrupciones en el tráfico marítimo desarrollada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Universidad de Oxford.

En octubre de 2023, circulaban aproximadamente a diario por el canal más de 5.500.000 toneladas métricas de mercancías, frente a las cerca de 2.000.000 que se transportan actualmente.

El mismo día del secuestro del ‘Galaxy’ transitaron por el canal 66 buques comerciales. El 12 de noviembre de este mes (los últimos datos disponibles) apenas cruzaron 28, según Port Watch.

Este canal es la ruta marítima más corta entre Europa y Oriente, y una de las más importantes internacionalmente, ya que antes de la escalada entre el 10 y el 15 % del comercio mundial marítimo transitaba por el mar Rojo.

 Desde el secuestro, gran parte de las empresas de transporte marítimo cambiaron sus rutas hacia el cabo de Buena Esperanza, pese a que ésta incrementa el tiempo de navegación y el consumo de combustible entre Europa y Asia.

Este cambio ha representado un 117,9 % de aumento del flujo diario de toneladas métricas por este punto, según datos de Port Watch.

El pasado julio, el jefe de la autoridad del canal de Suez, Osama Rabie, explicó que en el año fiscal 2023-2024 cruzaron el canal 20.148 barcos, mientras que el año anterior lo habían hecho 25.911.

La caída en ingresos fue de unos 2.200 millones de dólares en ese periodo fiscal que en Egipto termina en el mes de junio.

Esto también ha presionado los precios de los fletes: el índice global del precio del envío de contenedores de doce metros (40 pies) se situaba en 3.440 dólares el jueves pasado, según los últimos datos de la consultora marítima e industria naviera, Drewry.

En noviembre del 2019 (antes de la pandemia de COVID-19), el precio para embarcar un contenedor de las mismas características rondaba los 1.629 dólares, y en junio de este año llegó a los 5.318 dólares, la cota más alta desde septiembre de 2022.

La disminución en el tráfico marítimo supone para Egipto, según el Banco Mundial, “presiones inflacionistas» y «escasez de productos básicos”, además de una disminución de “los ingresos fiscales y por turismo”.

El presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, indicó que la situación ha costado a Egipto “hasta 7.000 millones de sus ingresos en dólares” debido a la caída del turismo y de las ganancias del canal de Suez, imprescindibles para un país que importa la mayor parte de sus necesidades. EFE

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