Flavio Mendoza es sin dudas uno de los máximos exponentes artísticos del mundo del espectáculo. Desde hace años afianzado en los grandes medios, los shows que produce en todo el país son un verdadero lujo y tiene una enorme producción detrás donde año tras año le da empleo a cientos de personas. No es fácil llevar adelante un proyecto tan ambicioso como este, pero de todas formas mantiene su vigencia y sigue generando.
En la temporada que se avecina, Flavio y su hijo Dionisio llegarán a Córdoba para el estreno de Una mágica Navidad, la obra de su autoría que este año también tiene su versión fija en un teatro de Buenos Aires. Todo esto es parte de su espectáculo de circo, con malabaristas y muchas sorpresas.
“A mí la gente me quiere ver en el escenario, pero la profesión es un poco ingrata. Mi familia ve que vivo con dolor y me preguntan por qué. Es la lucha conmigo mismo. Tengo un elenco tan genial que siento que lo que hago siempre es menos. Siento que tengo que hacerlo hasta que pueda”, comenzó explicando este domingo en la mesa de Juana Viale.
Refiriéndose al trabajo en sí y todo lo que demanda el desarrollo de estos shows, el coreógrafo explicó: “Hay productores muy buenos que pueden hacer este tipo de trabajo. Tantos bailarines, cantantes y demás se quedan sin trabajo. A veces yo me digo ‘no me voy a volver loco armando todo esto…’, pero lo que haría es dejar a mucha gente sin trabajo”, siguió detallando Flavio.
“Yo siempre estoy sumando. 45 artistas arriba del escenario, banda en vivo, cantantes… y ahora para el nuevo espectáculo viene gente del exterior. Traigo chinos, húngaros y dos colombianos”, sumó Mendoza, aunque en ese momento intervino Lali González para pedirle que tenga en cuenta para alguno de sus shows: “De Paraguay estamos para cualquier cosa que necesites. Yo estoy para el circo”.
Tras las risas que se desataron en la mesa, Lali siguió barajando opciones para sumarse al proyecto del coreógrafo. “Podés ser una especie de hombre bala”, le dijo el artista, a lo que la actriz paraguaya destacó: “Puedo ser la mujer barbuda. O de ticketera puedo ir”. “Yo fui tragasable toda la vida así que todo puede ser”, cerró el padre de Dionisio. Un momento muy gracioso y distendido en la mesa, siempre con las ocurrencias de Lali y su humor tan fresco.