Con la gestión de Milei la situación de la clase trabajadora se agrava y los datos reflejan cada día más lo que se ve en las calles. La política de motosierra y licuadora que implementó desde el comienzo del mandato dejó una brutal devaluación de casi 120% del peso argentino. A eso se le suma la depreciación de los ingresos, producto a su vez del achicamiento del Estado a través de despidos y la falta de recomposición salarial, y la caída del consumo y la producción industrial. Este combo hace que muchos no puedan acceder ni siquiera a costear lo mínimo de lo mínimo.
Es en este contexto, la junta interna de ATE-INDEC volvió a realizar su medición para indicar de cuánto debería ser el salario mínimo que contemple el gasto de una familia tipo (compuesta por dos mayores de 35 años y dos menores en edad escolar). Los trabajadores necesitaron en febrero de 2025, $1.649.499 para satisfacer sus necesidades mínimas de un hogar constituido por una pareja con dos hijos. Este valor se compone de $561.074 necesarios para adquirir una Canasta Alimentaria Mínima y de $1.088.425 para acceder a otros bienes y servicios básicos. Desde que asumió el gobierno de LLA la inflación acumulada es de casi 179%, y la pérdida del poder de compra de un 28% para un trabajador promedio estatal.
Mientras, los sueldos, jubilaciones e ingresos en general quedan congelados y perdiendo poder real, los empresarios llenan sus bolsillos con ganancias monumentales producto de las remarcaciones o tarifazos. Este gobierno de estafadores, que diseñó y difundió la criptoestafa de $LIBRA no puede seguir un minuto más en la Casa Rosada. Milei se tiene que ir y con él todos sus funcionarios y los cómplices que tiene tanto en el Congreso, en la Justicia, en la burocracia sindical y en los medios.
Las políticas de liberalización de la economía están produciendo una masacre social, aumentando de manera exponencial el 40% de pobres a nivel nacional, que ya había dejado el anterior gobierno de Alberto y Cristina Fernández.
De estos datos se desprende la lógica necesidad de actualizar de emergencia los salarios y los ingresos general al valor de una canasta familiar y actualizar los mismos con cláusula gatillo tomando la inflación como referencia. Un nuevo paro general de la CGT y las CTA, junto con un plan de lucha, son las herramientas que se necesitan para torcer un rumbo económico inviable para los trabajadores.