Este jueves, en la inauguración de la feria, el secretario de Cultura, Leonardo Cifelli, fue abucheado por el público.
Enemigos de la cultura
Este 24 de abril comenzó la 49.ª edición de la Feria del Libro. La misma se realiza en el predio de La Rural y actúa como epicentro de editoriales, autores, lectores, docentes y todo tipo de profesionales.
En esta edición participó el secretario de Cultura de la Nación, Leonardo Cifelli, quien jerarquizó la importancia de dejar atrás “el tono politizado y confrontativo” que, según él, había tenido la feria en ediciones anteriores. Además, declaró: “Sostenemos una cultura libre y sin una orientación ideológica”, y agregó: “La política partidaria no debe intervenir en la cultura, y mucho menos debe ser motivo de gastos innecesarios”.
Los abucheos fueron instantáneos; ni la caterva de aplaudidores pudo tapar las silbatinas dirigidas a Cifelli. Era imposible que fuese de otra manera, ya que el mismo gobierno que ordena destruir la estatua de Osvaldo Bayer en la Patagonia, interviene el INCAA, anula la producción de cine nacional y persigue a músicos por opinar de tal o cual manera, se jacta de no intervenir políticamente en la cultura.
No solo intervienen, sino que su intervención es dañina: la persiguen, la desfinancian e intentan colocarle un bozal a todo aquel que piense diferente y se atreva a levantar su voz contra alguna medida del gobierno.
Ante la canallada del discurso, sectores de escritores levantaron imágenes con el rostro de Osvaldo Bayer. Entre ellos, Claudia Piñeiro declaró: “Subir la cara de Bayer nos pareció el acto político más contundente que podíamos hacer y que sintetiza lo que nos pasa a muchos con respecto a las políticas culturales de este gobierno. El gobierno desmantela, y nosotros volvemos a traer a escena eso que desmantela”.
La escritora y guionista agregó: “Esta es una feria del libro, y Bayer es un autor insoslayable para muchos de nosotros. Representa no solo valores literarios, sino también derechos humanos y la política argentina. No se trata de una cuestión de partidismo, sino de reivindicar a un gran escritor que ha sido borrado por los funcionarios del gobierno actual”.
Entre las silbatinas, el secretario de Cultura prosiguió, intentando explicar que “cuidar los recursos de los argentinos es nuestro norte”, lo que intensificó aún más las críticas del público, que incluso lo alentó a volver a los musicales. Sin argumentos, Cifelli exclamó: “¿Lo sacaron ustedes al cepo o lo sacó Milei?”.
Por otro lado, el discurso de Juan Sasturain, que tuvo varios guiños literarios a Fontanarrosa, Santos Discépolo y Oesterheld, también apuntó contra el lenguaje ultraderechista: “Uno no se dirige a los presentes en tanto clientes, socios, cómplices, usuarios, inversores, seguidores de pantalla, apostadores, trolls y todas las variables de la enfermedad utilitaria. Náufragos y sobrevivientes, sí; competidores seriales y expertos en liderazgo, no”, dijo el escritor.
Este hecho fue solo una expresión más de los sectores de la cultura que repudian las nefastas consecuencias de la motosierra que el gobierno aplica al arte en todas sus vertientes.