En el universo de la numismática existen dólares que inesperadamente podrían hacer millonario a su dueño.
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Los billetes del dólar que los coleccionistas se mueren por tener.
El dólar es la moneda más utilizada en todo el mundo. Codiciada en muchos países y no tanto en otros, los billetes siempre están dando tela para cortar. Es común que en nuestro país se utilice como método de ahorro, ante las posibles devaluaciones o aceleración de la inflación, y por eso puede ser que mucha gente tenga ejemplares extraños.
Normalmente, los ahorristas buscan atesorar billetes de US$100, por lo que no se le presta atención a los más chicos, pero este los de esta denominación, hay piezas que pueden aumentar exponencialmente su valor si es que tienen algunas particularidades que son muy buscadas por los coleccionistas.
«Spread Eagle» de 100 dólares.
Los tres billetes de dólar más buscados por los coleccionistas
A veces sucede por errores de impresión, otras porque el número de serie es único y particular, o sino porque, por algún error existen «billetes gemelos», es decir, con el mismo número de serie exacto, por error de emisión, obviamente. Pero hay otros, que fueron emitidos en condiciones extraordinarias, de los que hay poca cantidad y son puntualmente más buscados por los numismáticos.
Entre ellos, podemos destacar, por ejemplo, los de US$1 de 2014/2016 con números de serie duplicados. La Bureau of Engraving and Printing (Oficina de Grabado e Impresión) cometió un error al imprimir billetes con números de serie duplicados en 2014 y 2016. Si tienes uno de los 6.4 millones de pares duplicados, podrías obtener hasta $150,000.
Por otro lado, está el conocido billete «Spread Eagle» de 100 dólares. Este billete es uno de los primeros destinados a financiar al gobierno de EE. UU. en la lucha contra la Confederación. Uno de ellos se subastó en 305.000 dólares.
Por último, pero más valioso y extremadamente raro, el Billete de $1,000 ‘Grand Watermelon’ de 1890: solo existen tres de estos billetes en colecciones privadas. Con un diseño que recuerda la cáscara de una sandía, podría venderse por más de $3.3 millones, como ocurrió en 2014.