La decisión está casi tomada pero el 22 de julio comenzará a certificarse la historia, porque ese día –y durante cuatro jornadas– una consultora realizará un sondeo para determinar si Juan Schiaretti tiene chances de ser competitivo en la elección del 26 de octubre.
“Hoy lo vemos más cerca del sí que del no, porque su olfato político le dice que puede ganar la elección de diputados nacionales y no hay que descartar nada, ni siquiera que Natalia de la Sota lo escolte en esa lista”, masculló un hombre que camina los pasillos del peronismo desde hace décadas.
O sea, Schiaretti está en la pista y para dar su palabra definitiva pidió una encuesta para medirse frente a los rivales posibles, incluido Luis Juez, porque en el peronismo consideran que el senador finalmente liderará las boletas libertarias, que dejará atrás a todos los puros.
Después de las famosas milanesas en Olivos con el presidente Javier Milei, no quedó nada cerrado pero Juez volvió con la convicción de que le será ofrecida la candidatura. Sin embargo, algunos de sus amigos de la mesa chica del Frente Cívico le sugieren que no se suba a ese tren con un argumento que contiene elementos agoreros: “Luis, si finalmente a Milei le va mal vos pagarás los platos rotos, quedarás muy expuesto y se te complicará la pelea de fondo, que es luchar para ser gobernador en 2027”.
No hay nada terminado pero lo indicios aseguran lo que alguna vez sugirió este diario: que en esos comicios podrían enfrentarse Schiaretti y Juez y que a ellos se sumaría Rodrigo de Loredo, cada vez con menos sponsors luego de su desafortunada intervención en redes con un video elaborado con intervención de la inteligencia artificial en la que ridiculiza la figura del gobernador Martín Llaryora. “Esas cosas a la larga se pagan y hay que parar con las chiquilinadas”, protestó un llaryorista en lo que pareció ser una advertencia.
De todos modos y a puertas cerradas, el peronismo estaría dispuesto a aplaudir a De Loredo en la creencia de que le quita votos a Juez. Hoy, el yerno de Oscar Aguad está algo relegado en la carrera dentro de La Libertad Avanza y los libertarios no están convencidos de sumarlo, al menos para que encabece la boleta.
Ya sean Juez o De Loredo, detrás se ubicarían miembros de la agrupación “al salto por un bizcocho”, siempre dispuestos a una candidatura ya sea al Congreso o para presidir el centro filodramático de Chañar Ladeado (dicho con todo cariño para los habitantes de esa población, que seguramente no tiene una entidad de ese tipo).
De Loredo tiene un reaseguro: el radicalismo, que gobierna de la mano de su aliado Marcos Ferrer, titular de la UCR provincial e intendente de Río Tercero. Pero no la tendrá fácil, porque el mestrismo amaga con darle batalla política, ya sea a través de una interna de difícil realización, aunque prevista para el 3 de agosto, o presentándose por fuera de las estructuras partidarias.
Los cuatro fantásticos
Entonces, volvemos a una vieja afirmación: en los comicios de la próxima primavera no sería extraño que Schiaretti, Juez, De Loredo y Mestre protagonicen las pulseadas más interesantes de este proceso electoral. Después se verá la galería de ganadores y perdedores y si todos pueden ingresar al tren que sólo llevará nueve pasajeros a la Cámara de Diputados de la Nación.
Resta saber el futuro de Natalia de la Sota, quien mantiene un antiguo enfrentamiento con Schiaretti. De todas formas, las encuestas dicen que la hija del fallecido José Manuel de la Sota tiene voto propio, lo que echaría por la borda aquella afirmación que dice que la actual diputada nacional le podría restar votos a Schiaretti o al peronismo por sus contactos con el kirchnerismo y el massismo. “Esa foto de Naty tocando la guitarra con Alberto Fernández es nociva para el cordobesismo”, indican voces del PJ tradicional.
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Habrá que ver cómo sigue esta novela que por ahora tiene final incierto. Lo que sí puede pasar es que si De la Sota va con el PJ, el golpe se sentirá en las filas kirchneristas. Hoy, Pablo Carro insiste con repetir, aunque las mediciones preliminares le dan bastante mal.
¿Y si Schiaretti rechazara la propuesta de ser otra vez candidato? Allí se barajan los nombres de Manuel Calvo, Miguel Siciliano y hasta algún intendente del Gran Córdoba, por ahora sentados en el banco de suplentes. Esto genera discusiones de todo tipo dentro del justicialismo, aunque –según exclaman los llaryoristas– todo terminará en agosto, el mes de los vientos. Allí mandarán las encuestas y habrá una fecha tope: el 17, día en el que expirarán los plazos para presentar candidatos.
Schiaretti es blanco de las presiones de sus socios políticos de todo el país en este movimiento de centro y multipartidario que impulsa con el propósito de ensancharlo provincia por provincia. Es que sus compañeros de ruta le imploran que lidere la boleta cordobesa para darle cuerpo a esta corriente en todo el país. Por el momento, van apareciendo algunas certezas, pero las incógnitas aún persisten.