La muy promocionada serie de Netflix Griselda, protagonizada por Sofía Vergara, se estrena hoy en la plataforma, precedida por una campaña promocional importantísima, especialmente en los países de habla hispana. Pero este producto, creado por el mismo showrunner de las exitosa saga Narcos Eric Newman, tiene peso por sí mismo.
Griselda cuenta la historia de Griselda Blanco, la reina de la cocaína de Miami y, a través de un excelente guion, vemos cómo esta madre que haría cualquier cosa por sus hijos, se va convirtiendo en una mujer despiadada y dispuesta a todo para mantener su nuevo y floreciente negocio.
Al frente de un reparto internacional está Vergara, quien no precisa de la caracterización especial que le hicieron para hacernos creer que es Griselda: le vemos todos los matices en la expresión, incluso cuando los hombres que hasta su llegada a la Florida manejaban el negocio de las drogas, la ningunean por ser mujer y se quieren aprovechar de sus imaginativas ideas.
Si hay algo que se puede decir es que, con este rol, confirma lo gran actriz que es, tan natural, siempre creíble, y esperamos que logre más papeles relevantes sin necesidad de ser productora ejecutiva de la miniserie, como ocurrió en este caso.
A su alrededor hay caras conocidas y otras no tanto. Vas a poder disfrutar en los primeros episodios de las actuaciones de los argentinos Alberto Amann (hace del marido y está irreconocible) y Ernesto Alterio (cada vez mejor, que aquí se gana el odio del espectador), ambos encarnando a la perfección personajes colombianos, sobre todo en el acento. Y sorprende ver a Karol G en el reparto en su debut como actriz, totalmente mimetizada con la época y brindando a su vez una cálida interpretación.
El resultado de esta serie, en la que se habla tanto en inglés como en español según sea la necesidad de los personajes, es de gran calidad: la imagen está envejecida como si de tratara de una película de los ’80; así es el clima que se respira en la ambientación, los vestidos, los trajes de los hombres, las discotecas y la música.
Cada aspecto de la producción hace su aporte en pro de una credibilidad importante. La misma que impacta en las situaciones de acción, de asesinatos y cuando se muestran con crudeza cuerpos decapitados y todas esas cosas que sospechamos que ocurren en las disputas entre narcotraficantes. Y lo que más se rescata, objetivamente, es la inteligencia y viveza de esa mujer para detectar oportunidades de negocios y escalar en ese competitivo mundo narco.