El chico que sueña en grande palpita su segundo año en el Argentina Open
En la previa de su debut del jueves, el ex número uno del mundo, quien aún no cumplió 21 años, apunta tan alto que pretende aproximarse a los récords de Federer, Nadal y Djokovic: «Soy muy ambicioso».
Carlos Alcaraz todavía no cumplió 21 años. Según el criterio de quien lo analice incluso todavía podría considerarse menor de edad. Aún así, con la cortísima trayectoria que acumula en el circuito de la ATP -apenas dos temporadas completas en el tour, ya se convirtió en una leyenda viviente.
De ascenso maratónico, ganó su último Challenger en mayo de 2021, en Oeiras, y ese mismo año ya levantaría su primer trofeo de ATP: fue en Umag, Croacia, después de vencer en la final a Richard Gasquet. Todo aquello quedó enterrado de manera muy frenética.
Pocos meses después, en 2022, conquistó dos Masters 1000 -Miami y Madrid- antes de consagrarse en el US Open y adueñarse de la historia: con aquella proeza se transformaría en el número uno del mundo más joven desde la creación del ranking en 1973: llegó a la cima con 19 años, 4 meses y 6 días. Ya en 2023 tuvo otra temporada consagratoria: otros dos Masters 1000 -Indian Wells y Madrid- y el cielo, con una proeza fascinante en Wimbledon ante Novak Djokovic.
Tan pequeño pero con sueños tan grandes: la codicia deportiva y las aspiraciones de Alcaraz no se terminan. Al contrario: parece haberlo ganado todo pero no se conformará: «Soy muy competitivo y ambicioso; quiero ganar todo lo que juego, eso me impulsa y me hace afrontar cada torneo con mucha ilusión. Ver a Djokovic allá arriba y al resto de los tenistas que ganan me motiva para pelear con ellos. Quiero intentar acercarme al Big 3… soy un chico que sueña en grande”, expresó el español, actual número dos del ranking de la ATP, en torno a los récords que ostentan los integrantes del Big 3: Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer.
En la previa de su debut en el Argentina Open, programado para este jueves ante el gandor del duelo entre Juan Pablo Varillas y Camilo Ugo Carabelli, el campeón defensor, quien el año pasado revolucionó el ambiente, exhibió las sensaciones de una nueva visita a Buenos Aires, una ciudad que lo atrajo desde el primer día: «El año pasado vine porque no tenía partidos llevaba tiempo sin competir, necesitaba jugar, el torneo me encantó. Las vibraciones y la energía que se viven acá son especiales: a los que no vienen les diría que probaran porque esta gira es maravillosa».
Y añadió, siempre sonriente, ante una sala de prensa repleta: «Tuve un gran año desde Buenos Aires en adelante. Me pasaron cosas. Quiero ver cómo me va este año». Pero además destacó que Buenos Aires debiera ser un ATP 500, la categoría a la que aspiraba a subir este año pero se quedó a las puertas: «Comparado con el año pasado hubo cambios; este año mejoró muchísimo. Las pistas están muy bien, la organización está pendiente de cada detalle y eso es maravilloso para nosotros, con un público que se involucra mucho en el tenis. Si se convierte en un ATP 500 no me extrañaría para nada».
Ahora Alcaraz se encuentra en medio de un triángulo que parece pelear por todo en lo más alto del circuito. Una pieza de tres vértices que comparte con el propio Djokovic y con el italiano Jannik Sinner, acaso uno de los jugadores del momento, reciente campeón del Abierto de Australia y de la Copa Davis con la camiseta de su país.
Así lo valoro: «Creo que Djokovic y Sinner son los rivales a vencer. Más allá de que todos son duros, (Alexander) Zverev también es peligroso. Contra mí siempre le va bien: tiene historial positivo. Pero ahora ellos dos están en el top».
[email protected]