El jueves se reunirá por primera vez la Bicameral que debe analizar el megadecreto del Presidente. El viernes es la sesión para la definición de autoridades y el PJ-K podría intentar forzar su tratamiento en el recinto. Villarruel se encuentra este miércoles con los bloques dialoguistas.
Concluido el periodo de sesiones extraordinarias, existía un tema que podía seguir generando tensión en el Congreso durante el receso: el mega DNU de Javier Milei. Y esta semana será doblemente tensa en el Senado. El jueves quedará conformada la Bicameral que debe tratar decreto presidencial, una disputa que pone a prueba la muñeca política del oficialismo, la integridad de la UCR y el poder de fuego de Unión por la Patria. El viernes, la Cámara Alta debe sesionar para definir autoridades, en un escenario crispado por esa misma discusión, por la pelea entre el Ejecutivo y los gobernadores y por los dardos del Presidente al parlamento.
Antes, este miércoles al mediodía, está previsto un encuentro entre la titular del Senado, Victoria Villarruel, y los jefes de los bloques de la oposición “dialoguista”, aquellos que en diciembre, apenas comenzado el nuevo gobierno, consiguieron una mayoría circunstancial de 39 senadores y dejaron al PJ-K sin peso entre las autoridades parlamentarias y en minoría para la conformación de las comisiones por las que deberán pasar todos los proyectos.
Días tensos en el Senado, entre el DNU y la renovación de autoridades
Finalmente, un mes y medio después de que Milei firmara su mega DNU de desregulación económica, vigente -con excepción de las partes frenadas en la Justicia como el capítulo laboral- desde fin de año, el oficialismo convocó este jueves a las 12 a la comisión Bicameral de Tratamiento Legislativo, para su constitución y elección de autoridades. Es decir, el debate del mega DNU (o de otros decretos previos, como pretende el oficialismo y aliados) no comenzaría formalmente este jueves, sino en sucesivas reuniones.
Pero nadie descarta tensión y ruido desde el primer encuentro. La Bicameral está integrada por 16 miembros en total, mitad diputados y mitad senadores: 6 de Unión por la Patria, 3 de La Libertad Avanza, 3 de bloques federales vinculados con gobernadores, 2 del PRO y 2 de la UCR. El oficialismo planeaba designar como presidente de la comisión al senador libertario Juan Carlos Pagotto. Tanto en LLA como en la oposición “dialoguista” daban por hecho que habrá un intento del PJ-K por alterar la reunión. Llegado el caso, quedará en manos del titular de la Bicameral ordenar la discusión.
El PJ-K insiste en que, pese a que ahora quedará constituida la comisión, todos los plazos legales están vencidos y, por lo tanto, el DNU puede y debe tratarse en el recinto por mayoría simple.
“Bienvenida la conformación, pero será para futuros DNU. La ley es clara: desde el ingreso del DNU al Congreso, la Comisión Bicameral tiene 10 días para emitir dictamen. Vencido ese plazo, las Cámaras deben abocarse a su tratamiento de forma expresa e inmediata. Por eso estamos pidiendo que haya sesión especial. Es lo que establece la ley”, dijo a TN el senador Mariano Recalde, miembro de la comisión en representación de UxP.
“Distintos bloques del Senado se expresaron en contra del decreto. Hay una mayoría que entiende que es inconstitucional y que hay que rechazarlo, por eso la vicepresidenta no convoca a sesiones. Vamos a insistir con todos los mecanismos institucionales hasta que el DNU llegue al recinto”, agregó.
UxP ya pidió tres veces a Villarruel que convoque a una sesión para tratarlo. El último pedido fue para este viernes a las 14 horas. Pero la Vicepresidenta convocó a la “sesión preparatoria” para este viernes a las 10, con el objetivo único de designar autoridades y fijar los días y horas de sesiones ordinarias.
Si el PJ-K decide presionar en el recinto con el tratamiento del DNU entonces abriría una lucha interpretativa respecto a si es válido y con qué mayoría. Que la sesión no pierda su cauce dependerá, en este caso, de Villarruel y su capacidad para apoyarse en los bloques dialoguistas. “¿Y si Villarruel levanta la sesión y se quedan sentados en sus bancas más de 37 senadores?”, se preguntaban en el despacho de un senador peronista.
Legalmente, el mega DNU de Milei debió haber sido puesto a consideración de la Bicameral dentro de los diez días posteriores a su firma, algo que el Ejecutivo hizo en enero, cuando la comisión no estaba ni cerca de constituirse. La comisión -que, de nuevo, no estaba ni está constituida- debía expedirse sobre la validez o invalidez del decreto dentro de otros diez días.
Por otra parte, es verdad que la bicameral se reunió por última vez en junio del 2022, solo para constituirse, y no trata un decreto desde fines del 2021. “No puede ponérsele un plazo a una comisión que no está conformada”, interpretaban en el PRO, que junto con La Libertad Avanza, como informó TN, buscaría tratar antes que el mega DNU de Milei, el centenar de decretos del gobierno anterior que jamás fueron discutidos.
La discusión del DNU en la Bicameral
Sea en el recinto o en comisión, UxP apuesta a voltear el decreto. Si avanza en su tratamiento, la Bicameral, para emitir un dictamen de rechazo, necesitaría 9 firmas, es decir, tres más que los miembros que tiene. En un empate en 8, desempata el voto del presidente del cuerpo, el libertario Pagotto.
Sin contar a los cinco miembros de LLA y el PRO que respaldarían el DNU, quienes deberán definir postura eventualmente son los dos miembros del radicalismo y los tres que integran bloques “federales”: el diputado Nicolás Massot (Hacemos Coalición Federal) y el senador Juan Carlos Romero (Cambio Federal), que formaban parte de lo que alguna vez fue Juntos por el Cambio, y el senador Carlos Mauricio “Camau” Espínola (Unidad Federal), que comparte bancada con el peronismo cordobés, hoy uno de los principales blancos de las críticas del gobierno libertario y su ofensiva contra los mandatarios provinciales.
En última instancia, importa tanto o más lo que pueda suceder en los recintos de las dos cámaras que en la discusión en sí en la Bicameral. Como ejemplo, la Ley Ómnibus obtuvo un muy débil dictamen de mayoría en el plenario de comisiones y terminó cayendo en la votación artículo por artículo en el recinto de Diputados.
Para los bloques “federales” (que con distintas expresiones engloban a una treintena de diputados y una decena de senadores) es clave el vínculo del Gobierno nacional con las provincias, como también demostró el naufragio del paquete de reformas. Pero hasta ahora, allí han manifestado mucho más críticas por el instrumento que eligió el Ejecutivo -el DNU- que por el contenido.
En el radicalismo la situación es realmente compleja y sigue escalando la tensión interna. Uno de los miembros de la comisión es el diputado catamarqueño Francisco Monti, del sector de la UCR que -aunque irritado con el trato de Milei con el Congreso- apuesta a un acompañamiento más claro del oficialismo.
El otro integrante de la comisión es el senador chaqueño Victor Zimmerman, a quien sus correligionarios definen como más “orgánico” y estaría más alineado con la línea más confrontativa que lidera el presidente del partido, Martín Lousteau, quien además integra el bloque de la UCR del Senado.
En las últimas horas, ya había algunos legisladores radicales que pronosticaban una votación dividida en comisión y eventualmente en el recinto, pero la crisis de la UCR va más allá del DNU y de una votación y tiene desenlace impredecible.