Esta semana llega a los cines una de las películas nominadas al Oscar que, como suele decir un amigo mío, «es una historia chiquita». O sea que no tiene la espectacularidad de otras contra las que compite o el antecedente histórico, pero que es tan valiosa como Oppenhaimer o Pequeñas Criaturas. Se trata de Vidas Pasadas, que provoca el reencuentro de dos amigos de la infancia en la adultez. Y donde se marca, además, cómo cambian las vivencias cuando uno se queda en el país de nacimiento o se ve obligado a emigrar.
Na Young y Hae Sung son amigos del colegio primario en Corea del Sur y están muy unidos, pero deben separase cuando la familia de la chica emigra a Canadá. Con el paso del tiempo él la encuentra en Facebook y retoman sus charlas como cuando volvían del cole, hasta que ella, que ya tiene el nombre occidentalizado de Nora, le dice que ya no quiere conversar más con él. Pero algo queda latente mientras cada uno sigue con sus vidas adultas. Y finalmente se encuentran en Nueva York, donde Nora vive con su esposo.
Este reencuentro, cargado de silencios y de recuerdos de un tiempo ido, pone en evidencias esas diferencias entre la crianza oriental y la occidental, incluso en la verborragia y en los silencios de cada uno. Lo vemos en las caras que muchas cosas se piensan pero no se dicen, y otras se comparten a medias. Incluso cuando se suma a los encuentros el marido de Nora, el comprensivo Arthur que haría cualquier cosa por su mujer.
Pero no quiero contar más, hay que verla, que vivirla, dejar que te llegue y hasta derramar algunas lágrimas en el final. Es tan real, tan sencilla, tan cálida, que sólo queda disfrutarla. Celine Song, directora y guionista, hizo un magnífico trabajo y supo guiar a sus actores principales Greta Lee, Teo Yoo y John Magaro en este sube y baja de emociones compartido por el espectador, que inevitablemente deja un sabor agridulce planteando una pregunta final: ¿qué hubieras hecho en su lugar?
Si te gustan esas películas que calan hondo y que dicen mucho con poco, ésta te va a encantar.