Nvidia, la mayor compañía productora de semiconductores o “chips” de última generación de EE.UU. y la principal fabricante de servidores de Inteligencia Artificial (IA) de la economía norteamericana y en general del mundo, tuvo ingresos que aumentaron 265% en el 4° trimestre de 2023, y alcanzaron a US$22.100 millones, record histórico absoluto de Wall Street.
Este éxito notable es el resultado directo del boom de la IA que se experimenta en EE.UU. y en el sistema global, y que abarca tanto a las empresas como a las industrias y las naciones.
Por eso su valuación ha alcanzado a US$1.7 billones, se ha convertido en la 3ª compañía más valiosa de Wall Street después de Amazon y Apple y ha dejado atrás a Google (Alphabet).
Todas las grandes empresas de alta tecnología de EE.UU. – Google, Microsoft, Amazon y Facebook – se han volcado en los últimos 3 años a la IA, al punto de generar una nueva industria de equipos de software (chatbox) capaces de aprender, comprender y crear información completamente independiente, cuyo desarrollo es “auto-generativo”.
Este formidable hecho nuevo es la forma que ha adquirido la 4ª revolución industrial, que es el proceso de plena digitalización de la manufactura y los servicios. Arrastra a la producción mundial a su destino histórico de instantaneidad, el dominio completo del tiempo sobre el espacio.
El total de la industria global de semiconductores o “chips” alcanzó un valor de US$526.800 millones en 2023, en un mercado que se expande a una tasa de 13,1% este año, y que está claramente a la vanguardia de la manufactura mundial. Un dato altamente significativo es que Nvidia vendió solo US$4.000 millones en 2014, para luego multiplicarlo por diez en la siguiente década (US$ 44.000 millones en 2023).
Es un ejemplo notable de un auge fenomenal de la demanda en todas partes del mundo al mismo tiempo, al punto de convertirse en el signo de la época.
De ahí que su valuación haya aumentado más de 40% desde enero de este año en Wall Street, lo que significa que sus ingresos se han triplicado en este periodo, y sus ganancias netas crecieron 9 veces. Hay que advertir que la Inteligencia Artificial se encuentra en su fase inicial, y que este es el primer año de un ciclo de una década, en que la IA se extenderá y transformará a todas y cada una de las industrias del mundo.
EE.UU. experimenta un extraordinario boom de productividad provocado por la IA, que ha desatado un ciclo en que el producto se elevará más de 7 puntos en los próximos 10 años.
Según Goldman Sachs, la economía estadounidense ha tenido un alza de +0.25 / +0.50 puntos porcentuales en los últimos 3 años, directamente atribuibles a la IA y y es solo un adelanto de lo que viene, el pleno despliegue de la 4ª revolución industrial. Esto es, la digitalización completa del sistema productivo mundial.
El excepcional vigor de la economía norteamericana, la primera del mundo (US$26,6 billones / 25% del PBI global), es la expresión de un cambio estructural, cualitativo y acumulado, que nada tiene de cíclico ni de provisorio, y que está, esto es lo notable, solamente en su etapa inicial.
Hay que agregar un dato estratégico fundamental, y es que más de 70% de la inversión norteamericana se realiza en “capital intangible” (patentes, marcas, conocimiento) y no en capital físico. De ahí se desprende la fuerza extraordinaria de la innovación estadounidense, que es la primera del mundo junto con China.
EE.UU. “es el país del mundo donde el futuro llega primero”, advirtió Alexis de Tocqueville en su libro-reportaje sobre “La Democracia en América” de 1837.
La consecuencia es que hay una quiebra generalizada del statu quo en todas partes al mismo tiempo, y más de 2/3 de los puestos de trabajo norteamericanos serían automatizados en el plazo de una década.
El futuro, en síntesis, ha llegado y ya está aquí pero, como todas las grandes revoluciones de la acumulación capitalista, tiene un carácter inmensamente disruptivo que lo asemeja a una auténtica revolución social de nuevo tipo, donde el factor fundamental no es más el capital sino el conocimiento, y ante todo el crecimiento del capital humano. De ahí que la incertidumbre del mundo contemporáneo sea excepcional, porque el pasado ha quedado atrás y lo magníficamente nuevo recién comienza a revelarse.
Ciertamente esto no es el fin del mundo, sino todo lo contrario: el comienzo de una etapa histórica en la que ha muerto para siempre todo lo que sea sinónimo de decadencia y oscuridad.
Es importante preguntarse –no es un ejercicio meramente especulativo– qué viene después de que se despliegue plenamente el actual boom de la IA, lo cual ocurriría a este ritmo aproximadamente en 2035. Se puede afirmar que a partir de allí concluiría verdaderamente la “Edad Media” del sistema capitalista, y se inauguraría la etapa auténticamente “Moderna” de la historia mundial. Esto es, un proceso histórico cualitativamente distinto a cualquier otro del pasado.