El entorno más cercano a Javier Milei está molesto con la Vicepresidenta luego de que convocara a una sesión en la que se debatirá el decreto.
El malestar en el Gobierno con la vicepresidenta Victoria Villarruel crece cada vez más. El entorno más cercano al presidente Javier Milei está molesto con la vice otra vez, luego de que convocara para mañana a una sesión en la que se debatirá el mega DNU de desregulación económica.
La presidenta del Senado evitó durante varias semanas los pedidos para sesionar que hicieron desde el bloque de Unión por la Patria, conducido por José Mayans, y otros bloques federales. Sin embargo, en las últimas horas cedió y puso fecha.
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Villarruel, como presidenta de la Cámara Alta, ya no tenía más margen para aplazar la sesión y ayer finalmente decidió convocarla para este jueves. Allí se tratará el decreto de necesidad y urgencia 70/2023.
Lo cierto es que el riesgo político para el Gobierno es mayúsculo porque el bloque de Unión por la Patria es la primera minoría en la Cámara Alta con 33 legisladores y está a solo cuatro voluntades del quórum que le permitiría poder tratar el temario.
El peronismo, con la colaboración de varios senadores provinciales y de algunos radicales díscolos, pretende rechazar el DNU de desregulación económica que decretó Javier Milei a los pocos días de haber comenzado su gestión como Presidente.
El riesgo no es legal para el Gobierno porque para derogar el DNU la oposición necesita que también sea rechazado en Diputados y si el decreto no es bloqueado en ambas cámaras se mantiene en vigencia.
Sin embargo, la decisión de la Vicepresidenta representa un riesgo político porque expone la debilidad del Presidente en términos legislativos y puede generar un rebote en la Cámara Baja. Es decir, un posible rechazo al mega DNU podría envalentonar a algunos diputados que avanzan en la misma dirección.
Según pudo saber TN, la decisión de la presidenta del Senado no solo cayó mal en el entorno de Javier Milei por el debilitamiento que puede generar un rechazo al DNU. También molestó a los cercanos al Presidente porque volvió a exponer las dificultades que mantiene el Ejecutivo para negociar con la oposición.
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Aún cuando convocó al diálogo para tratar de reencauzar la aprobación de la nueva versión de la ley Bases, Villarruel cedió ante la presión de los bloques opositores y terminó poniendo fecha para el debate del rechazo al DNU.
Al reclamo de los legisladores de Unión por la Patria se le había sumado el pedido de otros bloques opositores para poder debatir el DNU decretado a mediados de diciembre. La autoridad de la Cámara Alta se ajustó a reglamento y fijó el día y la hora de la sesión.