El cine está lleno de coincidencias. Sin ir más lejos, este jueves estrenaron Gladiador II y Golpe de suerte en París, dos películas de dos realizadores que, en otros tiempos no tan lejanos, difícilmente hubieran compartido la misma fecha para su lanzamiento aquí en la Argentina, para no competir.
Y, curiosamente, tanto Ridley Scott, director de la secuela de su propio filme que ganó el Oscar a la mejor película en 2001, como Woody Allen, que filmó su primera película hablada en francés, nacieron el mismo día, con dos años de diferencia. O sea que el próximo domingo 30 de noviembre si el director de Alien y Blade Runner quiere invitar al de Hannah y sus hermanas y La rosa púrpura de El Cairo, difícilmente Allen asista a su fiestita, porque estará en la suya.
Uno en el Reino Unido, el otro en el Upper East de Manhattan.
Otra curiosidad o coincidencia, como lo quieran llamar, es que tanto Ridley (hoy, 86 años) como Woody (hoy, 88 años) estrenaron filmes que los devuelven al primer plano, cuando venían de hace películas, cómo decirlo sin ofender a los más fanáticos, flojitas. Scott encadenó tres fracasos (El último duelo, La Casa Gucci y Napoleón), y Allen venía de una no tan mala Un día lluvioso en Nueva York, y de la soporífera Rifkin’s Festival.
Francis Ford Coppola y su «Megalópolis»
Van a contramano de lo que sucedería con Francis Ford Coppola (hoy, 85 años), cuya última película Megalópolis le haría perder una fortuna (le costó 120 millones de dólares de su bolsillo) y las críticas fueron más o menos lapidarias. Tuvo poco público en los Estados Unidos, y en el inminente Festival de Mar del Plata tiene varias funciones programadas, fuera de concurso, claro, no como en Cannes, donde fue su première y compitió, en vano, por la Palma de Oro. Veremos.
Ridley Scott dirigirá un western
Pero volviendo a los muchachos mayores, Scott tiene, a diferencia de Allen, que si no consigue quién le financie sus películas, no filma, cuatro películas en estado de preproducción. O sea que Scott tiene para elegir, entre You Should Be Dancing (una biopic sobre los Bee Gees, toda una rareza en su carrera, que empezaría a rodar en febrero); Queen & Country (un thriller de acción que iba a dirigir otro realizador, y lo llamaron a Ridley); The Dog Stars (en un mundo postapocalíptico, un virus aniquila a la humanidad, y uno de los sobrevivientes y protagonista del filme será Paul Mescal, Lucio en Gladiador II); y Wraiths of the Broken Land, con lo que cumplirá uno de sus sueños: dirigir un western.
El filme se centrará en un padre que quiere rescatar de un burdel a sus hijas, ayudado por dos de sus hijos y una banda de forajidos.
«Gladiador II» iba a ser un musical, con Russell Crowe
El otro sueño de Scott, que no ha podido realizar, y por suerte no lo ha hecho, es dirigir un musical. Y decimos por suerte porque, así como Todd Phillips hizo Guasón 2 casi como un musical -no, no es estrictamente un musical- y le salió un fiasco, Scott estuvo a esto de hacer la secuela de Gladiador en formato musical.
¿Imaginan a Máximo (Russell Crowe) cantando en las arenas del Coliseo romano, mientras va despachando cadáveres?
Sí, es verdad, aunque usted no lo crea. Según Deadline, esa idea de secuela de 2014 involucró al músico Nick Cave, quien trabajó con Crowe para idear una historia que se centrara en Máximo «siendo enviado de regreso a la Tierra por los dioses -porque muere al final de Gladiador– para matar a Jesucristo y sus seguidores porque estaba robándoles el protagonismo».
Si ya la premisa era rara, más aún que Máximo intentara asesinar a alguien que vivió 150 años antes que él. Y que Russell Crowe intentara cantar… Recordemos Los Miserables.
Pero en el cine todo es posible.
Como que Allen filme su nueva película, la número 50 de su carrera, en francés, y Pedro Almodóvar (hoy, 75 años; un niño al lado de los otros) haga La habitación de al lado en inglés.
Martin Scorsese (este domingo 17 sopla 82 velitas) también tiene muchos proyectos, pero a diferencia de Scott y Allen, ya ha planteado que lo va a pensar bien antes de decidirse entre la vida de Jesús, la biopic de Frank Sinatra o la de Theodore Roosevelt (estas dos últimas, protagonizadas por Leonardo DiCaprio) u otra también con Leo, adaptando una novela de no ficción de David Grann, el mismo de Los asesinos de la luna.
Y podríamos seguir con Clint Eastwood (hoy, 94 años), cuya Jurado N° 2 parece que no estrenaría en cines en la Argentina, e iría directamente al streaming. Que no será el mismo camino que Magalópolis, de Coppola, que estrenará el primer jueves de enero en la Argentina, pero en cines.
Mientras esperamos por eso, este fin de semana hay dos muy buenas películas, de distinto género, pero de la misma calidad. Una salió a matar, porque debe recuperar los 300 millones de dólares que costó. La otra, no, hay que buscarle las salas, no con lupa, pero casi.
Así está el cine hoy en día aquí, en la Argentina, y en el mundo.