Lizy Tagliani es una de las personas más talentosas y humorísticas de la televisión argentina. A decir verdad, es una artista completa, llena de magia; que hace teatro, conduce un programa líder en Telefe y se prepara con todo para la temporada en Villa Carlos Paz.
“Sí quiero”, es el éxito que prepara para enmarcar su vuelta a Córdoba luego de muchísimo tiempo. En el medio ya se organizó junto a Sebastián Nebot, su marido, para que Tati, el hijo que tienen en común, no rompa con su organización de su hogar en Buenos Aires, a donde sigue haciendo la adaptación.
Y si hay algo que distingue a Lizy por sobre todas las cosas, que es un ser muy pasional, que quiere mucho a su gente y que es amada por los suyos. “La Floppy” fue una persona que en la vida de Tagliani marcó un antes y después, y que la conductora de La Peña de Morfi decidió recordar, luego de su fallecimiento en 2020 producto del Covid-19 y tras ser diagnosticada con leucemia.
“Ella me hacía todo. Sabía hasta lo que comía, pero no por divismo, si no porque ella me había adoptado como una especie de papá, mamá o hermana. Ella me trataba de esa manera. Llamaba a los productores y les decía: ‘Licita no come tal cosa, a Licita no le hagas esto, no le vayas a peguntar tal cosa”, contó en una entrevista con La Voz.
EL DOLOR DE LIZY TAGLIANI POR LA PÉRDIDA DE LA FLOPPY
Sin dudas a que La Floppy le hubiese encantado conocer a Tati y se habría puesto muy feliz por la noticia de su llegada. Ella acompañó a Tagliani en cada lágrima que derramó durante el camino a cumplir este sueño, y que luego de tanta espera pudo cumplir.
“Con todo eso, yo viví como si la Floppy se hubiese hecho una lipo. Lo sufrí, pero no lo podía exteriorizar porque me parecía que había muchas personas más importantes que yo para ese dolor. Un día, me levanto y me doy cuenta que ya nunca más la iba a tener conmigo”, confesó Lizy.
Y cerró de forma muy emotiva: “‘¿Ahora qué me pongo, qué hago?’, pensé. No tenía nada resuelto porque ella me hacía todo, no por divismo sino porque me había adoptado como un papá, una mamá o una hermana. Ese día sentí que se había ido una parte mía fundamental y hermosa”.