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Encuesta: qué piensan los argentinossobre su salud y qué hábitos la mejoran?

En el Día Mundial de la Salud, que se conmemora cada 7 de abril por la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 1948, las contradicciones abundan. A 78 años de su creación, la OMS se enfrenta al escepticismo y el retiro de países como Estados Unidos y Argentina. En este contexto global de cuestionamientos y desafíos, la encuesta WIN Worldview 2024 —realizada en 39 países y con casi 35 mil participantes, incluyendo a la Argentina— pone el foco en cómo las personas perciben su salud, qué hábitos adoptan y cuáles impactan negativamente.

¿Realmente nos sentimos saludables?

A nivel global, el 75% de los encuestados se considera saludable o muy saludable, una cifra estable desde 2018. En la Argentina, el optimismo es mayor: el 87% dice sentirse saludable (25% muy saludable y 62% bastante saludable), según la consultora Voices!, encargada del tramo local de la encuesta.

Factores como la educación y el empleo influyen en la percepción del estado de salud. A mayor nivel educativo, mejor autopercepción: entre quienes tienen estudios de posgrado, el 21% se considera «muy saludable», frente al 14% entre quienes apenas alcanzaron la educación básica. Asimismo, entre personas con trabajo a tiempo completo, solo el 18% se considera poco saludable, contra el 40% entre jubilados o personas con discapacidad.

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En Argentina, la tendencia se repite. La percepción positiva crece entre quienes tienen estudios superiores (90%) y también entre quienes pertenecen a niveles socioeconómicos altos (91% en el nivel ABC1 vs. 82% en los niveles más bajos).

Automedicación, pantallas y estrés: lo que perjudica

Uno de los datos más preocupantes es el alto nivel de automedicación: el 35% de las personas en el mundo consume medicamentos sin prescripción médica, y la Argentina no es la excepción (36%). El fenómeno es más frecuente entre mujeres y está directamente vinculado al estrés y el mal descanso.

El uso excesivo de pantallas tiene consecuencias concretas. El 33% de quienes sufren problemas de salud mental asociados a la tecnología (como ansiedad o depresión) se consideran poco o nada saludables. En cambio, esa proporción baja al 21% entre quienes dicen experimentar estos efectos solo ocasionalmente.

En nuestro país, el impacto negativo de las pantallas es superior al promedio global: un 66% de los encuestados perdió horas de sueño por este motivo, el 62% sufrió consecuencias físicas (como fatiga visual o mala postura) y el 41% manifestó haber padecido ansiedad o depresión.

Lo que ayuda: ejercicio, naturaleza y buen dormir

El estudio también confirma cuáles hábitos mejoran significativamente la percepción sobre la salud. El 85% de quienes hacen ejercicio con frecuencia se siente saludable, frente al 63% de quienes no se ejercitan nunca o casi nunca. La meditación también muestra efectos positivos (83% vs. 73%), así como el contacto con la naturaleza (81% vs. 67%) y el buen descanso (84% de quienes duermen bien se sienten saludables, frente a solo el 53% de los que duermen mal). Además, quienes viven en el interior del país se consideran, en promedio, más saludables que quienes residen en grandes urbes.

En cuanto a consumos problemáticos, Grecia lidera el ranking de tabaquismo (42%), seguida por Turquía (33%) y Serbia (29%). En Argentina, el 16% fuma, mientras que el 14% bebe alcohol con frecuencia, el 37% lo hace ocasionalmente y el 48% rara vez o nunca.

Salud mental, hábitos y desafíos

La encuesta deja en claro que la percepción de salud no depende solo de la ausencia de enfermedades, sino también de factores vinculados al estilo de vida, la salud mental y el bienestar general. En un contexto donde la OMS misma enfrenta una crisis de legitimidad, los datos sugieren que cuidar la salud personal empieza por decisiones individuales, pero también exige políticas públicas acordes.

Datos reales sobre la obesidad

Sin embargo, algunos datos indican que muchas de estas situaciones puede ser una percepción alterada. Por ejemplo, un informe elaborado por el equipo del Hospital de Clínicas de la UBA recordó los datos relevados por la 4ª Encuesta Nacional de Factores de Riesgo. Y ese trabajo indica que más del 66% de la población adulta presenta exceso de peso, un factor clave en el desarrollo de enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2 y la hipertensión arterial.

Las personas con obesidad tienen más riesgo de desarrollar depresión y la depresión puede agravar el sobrepeso. Desde el Servicio de Salud Mental del Hospital de Clínicas, el Dr. Fernando Carbonetti menciona también otros trastornos mentales frecuentes en personas con esta enfermedad: estrés, ansiedad debida a la preocupación por la imagen corporal, trastornos en la conducta alimentaria (TCA) y trastornos de sueño que afectan la salud mental.

Por otra parte, un relevamiento hecho en 2024 durante la Semana de la Obesidad organizada por la División Nutrición del Hospital de Clínicas mostró una estrecha relación entre la obesidad y el sobrepeso con otros problemas de salud. “En una muestra de 633 participantes, un 76% fue diagnosticado con obesidad y un 16% con sobrepeso, a partir de la medición de su Índice de Masa Corporal (IMC). Y, por medio del chequeo de la circunferencia de cintura, un 85% de los asistentes presentó un perímetro compatible con alto riesgo cardiovascular y 9% un riesgo”, comentó la doctora Pilar Quevedo, jefa de la División Nutrición del Hospital de Clínicas de la UBA.

Diabetes: ¿cuáles son los primeros síntomas?

En cuanto a la prevalencia de diabetes en mayores de 18 años, este fenómeno ha crecido en las últimas décadas, alcanzando el 12,7%, lo que también refleja una tendencia alarmante.

Cómo prevenir los riesgos de la obesidad

Los especialistas del Clínicas UBA explican que la prevención tiene distintos niveles. El primario implica tratar de evitar el desarrollo de enfermedades y, si se implementa en niños y adolescentes, permite establecer una base sólida para evitar la obesidad a lo largo de la vida. Una vez instaladas las enfermedades, sus controles, tratamientos indicados y seguimiento dependerán exclusivamente de la patología diagnosticada y de cada persona. El enfoque multidisciplinario se ha consolidado como la estrategia más efectiva para abordar la obesidad, combinando estrategias psicológicas, médicas, nutricionales y de actividad física.

ML

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