Solana Sierra se pregunta si lo que experimenta en Wimbledon, el torneo más antiguo y prestigioso del mundo del tenis, corresponde al ecosistema material o si simplemente sueña despierta. Se lo pregunta sólo una vez, porque demora apenas unos segundos en entender que, en efecto, lo que vive en el mítico All England pertenece a la realidad.
Lo comprende cuando, minutos después de haber provocado otro golpe, esta vez en el sagrado césped del Court 1 -el segundo más relevante- y frente a la británica Katie Boulter (43ª), le cuenta al público el inconveniente positivo que tiene: «Perdí en la tercera ronda de la qualy y tuve que cambiar tres veces de departamento. Ahora voy a tener que cambiar de nuevo porque gané. Es un problema bueno».
La joya del tenis argentino, en verdad, se encontró con ese asunto inesperado: perdió en la última ronda de la clasificación, ingresó al cuadro principal como lucky loser por la baja de la belga Greet Minnen (70ª) y luego logró su primer triunfo en un main draw de Grand Slam ante la australiana Olivia Gadecki (103ª). Después del rimbombante éxito de este miércoles contra la local Boulter, espera por su siguiente rival: la española Cristina Bucsa (40ª), que viene de eliminar a la 22ª preclasificada Donna Vekic.
El andar de la marplatense, formada de pequeña por Bettina Fulco (ex 23ª del ranking), resuena no sólo por los resultados personales, que le garantizarán asentarse en el top 100 -en la próxima actualización del ranking WTA aparecerá de mínima en el 78° puesto-, sino por lo que representa en términos históricos para el tenis argentino. Habían pasado nada menos que 16 años sin una singlista argentina en tercera ronda de Wimbledon: la última había sido Gisela Dulko en 2009.
Actual 101ª, Sierra se convirtió esta semana en una soñadora «nómade». No sólo tendrá que cambiar por tercera vez su alojamiento en Wimbledon, sino que su año deportivo, desde marzo, responde a la misma lógica: tiene base de entrenamiento en España, pero no está completamente radicada en Europa, aunque sí recibe una fuerte influencia cuyo nombre destila historia: Rafael Nadal.
Lo cierto es que la marplatense de 21 años, de nulo apoyo por parte de la dirigencia argentina en su transición al profesionalismo, trabaja desde marzo pasado en la academia que Nadal tiene en Manacor, en la isla de Mallorca. Los cimientos deportivos de la número uno del tenis argentino permanecen allí, aunque suele volver a la Argentina para oxigenar y retomar su actividad en el circuito. Llegó al espacio mallorquín luego de un fructífero paso por la academia de Sebastián Gutiérrez, el coach de Sebastián Báez y de Francisco Comesaña.
Ahora, en Wimbledon, la tenista criada en el barrio marplatense de La Perla, está acompañada por su madre Marta y por Miguel Fragoso, uno de sus entrenadores. El otro que suele viajar con ella es Daniel Gomez da Costa, también de la academia de Nadal, cuyo jefe de entrenadores es el argentino Gustavo Marcaccio, el ex subcapitán de Copa Davis durante el fallido ciclo de Gastón Gaudio.
Mientras permanece en Manacor, durante las semanas que sean, Sierra suele alquilar alojamiento. Ahora, por caso, lleva tres meses en Europa, pero finalizada su participación en Wimbledon volverá a la Argentina durante tres semanas: una de ellas descansará y las dos restantes se entrenará en canchas duras con unos sparrings facilitados por Horacio Zeballos padre, histórico formador marplatense y padre del reciente campeón de Roland Garros. Después volverá a engancharse con sus entrenadores de cara a la gira previa al US Open.
Ganó Alcaraz, se viene Navone
El español Carlos Alcaraz, reciente campeón de Roland Garros y bicampeón defensor en Wimbledon, mostró su mejor versión y avanzó a la tercera rueda: después de un duro compromiso a cinco sets con el talentoso italiano Fabio Fognini, el 2° del mundo superó 6-1, 6-4 y 6-4 al local Oliver Tarvet, 733° y proveniente de la qualy.
Este jueves, por otro lado, volverá a presentarse el único argentino sobreviviente en el cuadro de singles masculino: Mariano Navone (91°). Después de debutar con un gran triunfo en cuatro sets contra el ex top ten canadiense Denis Shapovalov, el hombre de 9 de Julio se medirá, en el tercer turno de la cancha 15, con el español Pedro Martínez (52°).
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