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Tragedia en Mar del Plata: murió degollado por un cable atado entre árboles sobre la calle

MAR DEL PLATA.- Un cable atado entre dos árboles, de lado a lado de una calle, se convirtió en un instrumento letal para un motociclista que al embestirlo sufrió heridas en el cuello de tal gravedad que le provocó la muerte de manera inmediata.

La investigación se descartó pronto la hipótesis de un hecho culposo, que es escenario judicial habitual de los incidentes de tránsito, para avanzar hacia una intencionalidad marcada de provocar daño. La duda, en estos pasos iniciales de la causa, es si pudo haber sido una travesura que salió muy mal o la deliberada intención de provocar la caída, quizás con un robo como segundo objetivo del plan.

La fiscal Florencia Salas, que quedó a cargo del caso, espera el resultado de la autopsia, pero por sobre todo tiene interés en el aporte que puedan significar registros de cámaras de seguridad de la zona a efectos de detectar movimientos previos que se dieron en el lugar del hecho.

José Emilio Parrada se llamaba el hombre que murió en la intersección de calles Soler y Marcelo T. de Alvear, en la zona sur de la ciudad. Ocurrió de noche, poco después de las 21. Los vecinos que se acercaron a asistirlo lo encontraron sin reacción y el equipo del Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME) que llegó para atenderlo constató que ya había fallecido.

La tensión que tenía ese cable que cruzaba de vereda a vereda la calle Soler demostraba que no era resultado de un desprendimiento del tendido eléctrico. De hecho, según informaron fuentes del caso a LA NACION, había indicio de nudos sobre uno de los extremos.

Las primeras consultas de personal policial entre quienes viven en la zona dieron cuenta de la presencia de algunos jóvenes o adolescentes por el lugar, en momentos previos al siniestro. Por cámaras de seguridad se intenta identificarlos. Hay al menos un equipo, instalado en una vivienda particular, en el que se podría ver que hay gente manipulando esos cables. Ese material puede ser determinante para el esclarecimiento del caso.

La situación, que en un principio parecía un hecho de tránsito, motivó la intervención de la Fiscalía de Delitos Culposos. Sin embargo, Rodolfo Moure, fiscal de turno en esa unidad, delegó rápidamente su competencia al advertir que se trataba de algo más que un simple incidente vial.

Entonces se derivó el caso a la fiscal Salas, que frente a las evidencias logradas en el inicio de la investigación, en especial los datos aportados por el personal médico y los peritos de Policía Científica, se estableció la carátula de homicidio simple.

En el lugar se secuestraron restos de cables que también quedaron, con otro de sus extremos, enganchados en piezas de la motocicleta. También serán sometidos a peritajes.

El lugar y el momento en que ocurrió el hecho estaban marcados por una notable falta de iluminación. Aunque en la zona existe una red de alumbrado público, esta no era lo suficientemente eficaz como para permitir la visibilidad de un cable de casi medio centímetro de grosor que cruzaba la calle, a una altura estimada de un metro y medio sobre el suelo.

El cable era de fibra óptica y se estima que debió haber sido colocado no mucho antes de que pasara por allí la víctima. “Si antes circulaba un auto por ahí lo cortaba”, contó a LA NACION una fuente judicial que estuvo en el lugar.

También refirió a mala suerte del motociclista, que viajaba sin casco y en una moto baja. “La lesión fue con efecto como de guillotina en el cuello”, dijo y acotó: “Diez centímetros más abajo le daba en los hombros y seguro estábamos contando la historia de una caída y quizás no algo tan trágico”, arriesgó.

Poco después de mediodía se completó la autopsia, cuyos resultados están en manos de la fiscal Salas. Por el momento no se está brindando información del caso, a la espera de sumar otras evidencias.

Si se trató de un hecho intencional con finalidad de cometer un robo es al menos novedoso para ese barrio y estas épocas. No hay por el momento antecedentes de ese tipo de estrategias en el marco de los hechos delictivos registrados en esta ciudad.

La opción de una travesura también se considera válida, ya que el motociclista cayó, pero no presentaba faltantes de sus pertenencias y tampoco hubo intentos por desplazar la motocicleta del lugar en el que quedó tras la caída de su conductor.

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