En mayo, la inflación en Argentina registró una baja significativa, alcanzando 1,5%, la cifra más baja en cinco años. Este descenso se explica por tres factores clave que influyeron en la dinámica de precios y en las expectativas económicas.
Uno de los principales temores tras la eliminación del cepo cambiario era que el dólar experimentara un fuerte salto, lo que podría haber generado un impacto inmediato en los precios. Sin embargo, esto no ocurrió. Lo cual contuvo la inflación.
La moneda estadounidense se mantuvo estable, sin grandes variaciones, lo que llevó a muchos sectores a retrotraer aumentos preventivos que habían aplicado en meses anteriores. La estabilidad cambiaria funcionó como un ancla de precios, evitando que los costos de insumos y bienes importados se dispararan.
Además, la ausencia de sobresaltos en el tipo de cambio permitió que las expectativas inflacionarias se ajustaran a la baja, reduciendo la presión sobre los precios de bienes y servicios. Otro factor determinante fue la moderación del consumo.
A pesar de la baja inflación, la demanda de bienes y servicios no mostró un repunte significativo. Esto obligó a muchas empresas a mantener precios estables o incluso reducirlos para incentivar las ventas. Sectores como equipamiento del hogar, prendas de vestir y bebidas alcohólicas registraron aumentos por debajo del promedio general, lo que refleja la cautela de los consumidores ante la incertidumbre económica.
La combinación de un dólar estable y un consumo contenido generó un escenario en el que los precios no encontraron razones para subir de manera abrupta. El tercer factor clave fue la reducción de los precios estacionales, especialmente en alimentos frescos. En mayo, el índice de precios mostró una deflación del -2,7% en productos estacionales, con bajas significativas en frutas (-1,7%) y verduras (-9,8%).
Expectativa
Estos productos habían experimentado fuertes aumentos en meses anteriores, pero la estabilización del mercado y la menor demanda contribuyeron a una corrección en sus valores. La caída de los precios estacionales tuvo un impacto directo en el índice general de inflación, amortiguando otros incrementos registrados en el mes.
La baja inflación de mayo en Argentina se explica por una combinación de estabilidad cambiaria, consumo moderado y reducción de precios estacionales. Estos factores permitieron que el índice de precios al consumidor se ubicara en 1,5%, sorprendiendo incluso a los analistas más optimistas.
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